Capítulo II; somnum exterreri.

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¿Cómo sería? Estar sin alas, sin poder escuchar a los demás, no poder predecir nada, no sentir el dolor cuando alguien pedía a suplicas, ¿qué se sentiría? No poder ayudar de la forma en la que normalmente lo hacía, ¿por qué lo dudaba? Aún teniendo la potestad de hacer tantas cosas se seguía cuestionando en breves lapsos de tiempo si lo que deseaba se encontraba solo en el reino; ciertamente lo que hacía no estaba bien, pero rodeado de tanta humanidad, el arcángel podía colocar en duda muchas situaciones, situaciones que su señor veía con mucho cuidado, dando la fiel oportunidad a su mensajero de experimentar por cuenta propia lo que era un descender temporal.

Y aunque eso era lo que deseaba en esos momentos, a su propio juicio, un tanto más consciente, parecía una traición, una cuestión que podía revocar su fe, no obstante, se le era conferida una confianza que iba más allá, ¿cómo? ¿y qué podía hacer Gabriel?

El alado observaba con misericordia, bondad, amor y esperanza a cualquiera que pasase a su lado, mientras que la mayoría se encontraba en otro plano, pensando quién sabe qué cosas, y sí, exactamente de esa forma, ya que el arcángel ésta vez no podía percibir nada, había sido un descenso inmediato, tomado como orden directa para la exploración.

Finalmente y recayendo en lo que sucedía, había descendido, y necesitaba aferrarse, lo que sucedía era algo bastante crítico, de la nada estaba a la deriva en la tierra, buscando esa reserva que utilizaba de vez en cuando para estar pisando ese suelo, solo que ahora, de forma permanente o temporal, ya no sabía nada con respecto a lo que sucedía, pero al estar aturdido, el cuerpo en el que estaba ingresando, se veía sometido a una gran presión, misma que no aguantaría en la totalidad ya que no se trataba de solo una parte de Gabriel, sino de toda su presencia.

Buscaba y rebuscaba dentro de sus posibilidades otra vasija, pero no lo encontraba, se hallaba desesperado y dentro de tanta locura, flanqueó, ya no estaba siendo iluminado, y pudo experimentar el dolor más terrible de su vida, justo como si ensuciaran su vida, arrebatando todo lo que le hacía sentir bien. Ya no era un arcángel.

▬ ¡Espera, no, mis hermanos! ▬

Terminó por exclamar el pálido joven bañado en una gruesa capa de sudor mientras se levantaba con prisa de la acolchada superficie, ¿qué era lo que había experimentado? Estaba seguro de que aquello era real, pero no era más que una ilusión. Existía una palabra para eso, los humanos le llamaban de una forma en particular...

Sueños y pesadillas.

in virtute Dei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora