Esa noche era 10 de Octubre, en una de las habitaciones de una casa se podía observar a una mujer de cabello pelirrojo que se encontraba muy exhausta debido al nacimiento de su primer hijo, de nombre Naruto, el cuál se hallaba a su lado envuelto en unas mantas, el niño tenía un mechón de pelo rubio junto con unas marcas en sus mejillas que lo hacían ver como un zorro o actualmente como un gatito debido a su tamaño.
No sé encontraban solos porqué el esposo de aquella mujer que también era el padre del niño estaba a su lado, muy feliz y orgulloso de finalmente conocer a su amado hijo.
Aunque esa felicidad no fue eterna, al cabo de unos minutos Kushina esposa de Minato dejaba de respirar al igual que el niño recién nacido que poco a poco dejaba de llorar y no precisamente porqué tuviera sueño.
El parto fue algo difícil lo que obtuvo como consecuencia su actual condición, pues era cuestión de minutos para que madre e hijo fallecieran.
Minato se percató de esto, asustado de perder a su familia, comenzó a pedir ayuda a la partera que se encontraba fuera de la habitación. Cuando está escucho los gritos rápidamente entro, una vez que Minato le explicó lo sucedido, la partera solo pudo decirle que no existía forma de salvarlos, la madre ya había perdido mucha sangre mientras que el niño tenía problemas para respirar.
La partera tan solo se retiro dejando a Minato con el corazón destrozado, no quería perder a su familia, a su esposa la que tanto amo y a su hijo al que tanto espero. En un momento de desesperación se le ocurrió una idea totalmente descabellada pero podría funcionar, de ser así ambos se salvarían a cuesta de su propia vida pero eso no le importó, era más importante que ellos sobrevivieran.
Así que decidió ejecutar su idea: invocar al diablo y ofrecer su alma a cambio del bienestar de su familia.
—¡Aparece! ¡Te ofrezco mi alma tan solo salva a mi esposa y a mi hijo! —imploro Minato, esperando que sus súplicas fueran escuchadas.
Comenzaba a sentirse intranquilo y desesperado hace cinco minutos que comenzó a invocar al diablo y este no aparecia.
—Minato —dijo un hombre llamando la atención de Minato, este hombre si se le podía decir así tenía el cabello de color negro, sus ojos eran rojos como si estos estuvieran hechos de sangre.
—Toma mi alma y salva a mi esposa y a mi hijo, por favor —pidio al diablo una vez que este apareció en medio de la habitación.
—Los salvaré, pero no quiero tu alma.
—Gracias, muchas gracias, entonces, ¿qué es lo que desea?
—Tu hijo.
—¿Mi hijo? ¡No, eso no! ¡No permitiré que te lleves su alma!
—Me has confundido, no quiero su alma, lo quiero a él.
—¿Por qué, por qué lo quiere? Tan solo es un bebé.
—Te lo explicaré, mi nombre es Fugaku Uchiha, el rey de los demonios, hace unos meses nació mi hijo, el heredero, el que será el próximo rey, para eso debe contraer matrimonio y formar su familia para asegurar el trono.
_Mi hijo es hombre no podrá darle una familia.
—Lo sé, pero él es especial, después me entenderás.
—No, aún así, no puedo permitir eso, eso es aún peor a qué se lleve su alma.
—Si así lo quieres, puedes verlos morir, no les falta mucho. Si aceptas podrás verlo crecer hasta que cumpla los 20 años.
—¿20 años? ¿A qué se refiere?
—Si aceptas, en 20 años será el momento de cumplír con el trato, me llevaré a tu hijo.
—No, no lo puedo permitir, no puedo condenarlo a un destino como ese.
—Bueno, entonces espera a que mueran y tú preocupación se habrá terminado.
Minato pensaba y pensaba los pros y contras de sus decisiones, si rechazaba el trato su amada esposa e hijo morirían frente a sus ojos pero si aceptaba ambos se salvarían a cambio del sufrimiento de su hijo.
—Entonces, ¿que decides?
—Acepto el trato, pero salvalos.
—Buena elección, solo dame la mano y el trato estará hecho.
Minato y Fugaku se dieron un apretón de manos sellando el trato.
—En unos minutos tu esposa e hijo comenzarán a recuperarse, recuerda cuando tú hijo cumpla los 20 años será momento de que me lo lleve.
—Lo sé.
—Nos vemos, hasta dentro de 20 años —dijo Fugaku comenzando a desaparecer.
Al cabo de unos minutos, comenzaron a recuperarse tal y como Fugaku había dicho, Minato llamó rápido a la partera para que ambos recibieran atención médica.
«Lo siento Kushina, Naruto, espero que me perdonen» pensó Minato, viendo cómo ambos volvían a la vida.
Está es mi segunda historia, espero que les guste, trataré de publicar seguido, no se olviden de comentar y votar.
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Comprometido con el diablo
Fanfiction-Toma mi alma y salva a mi esposa y a mi hijo, por favor -pidio al diablo una vez que este apareció en medio de la habitación. -Los salvaré, pero no quiero tu alma. -Gracias, muchas gracias, entonces, ¿qué es lo que desea? -Tu hijo. -No, no lo puedo...