—Ya escogiste lo que te pondrás para la fiesta del sábado—cuestiono Melisa mientras desayunábamos en el sofá de mi oficina
Ya había pasado una semana de lo ocurrido, como también una semana que no hablaba con Andrés al parecer se fue por un viaje de negocios a Nueva York y regresará el viernes para la inauguración del casino que seria el sábado. Mi hermano Joaquín aún sigue aquí en Madrid en primera porque quiere asegurarse que ya me encuentre bien como también me ha contratado gente de seguridad, cosa que le reclame y por lo cual tuvimos otra pelea. Y en segunda porque Andrés le pidió que se quedara para la fiesta, mi hermano encantado acepto
— Aun no lo sé, creo que elegiré algo azul. Eso tengo en mente—aclare tomando un sorbo de mi cappuccino
— El azul te vendría bien. El fin de semana Javier y yo fuimos de compras y aproveche para comprarme un vestido es rojo, es algo ajustado y corto, pero es lindo, aunque esa fue la parte que menos le gusto a Javier—explico riendo
— Tengo buenas noticias—anuncio Cristal llegando muy alegre a mi oficina y sentándose en medio de nosotras abrazándonos
— ¿Qué ha pasado? —pregunte intrigada
— ¡Me cambiaron de puesto! —grito emocionada—Por fin dejare de ser recepcionista
—¡Felicidades! —Melisa y yo lo dijimos al mismo tiempo
—¿En qué departamentos estarás? —pregunto Melisa
—Economía—respondió en un suspiro
—Me alegro mucho por ti—comento alegre y en verdad lo estoy Cristal se lo merece por lo que me ha contado sé que batallo mucho por entrar a Economía y ahora lo había logrado
—Las amo chicas. ¡Gracias! —volvió a abrazarnos
—¿Cómo has seguido tú? —nos separamos y agarro un pedazo de la dona glaseada de Melisa segundos después me di cuenta que me estaba preguntando a mi
—Me encuentro bien ya dejen de preocuparse. No es para tanto—deje muy en claro, ambas asintieron y nos quedamos unos segundos en silencio. Yo cheque mi celular para asegurarme de no tener llamadas perdidas de mi madre, porque desde que Joaquín les conto a mis padres lo sucedido, recibía llamadas cada cinco minutos de mi madre y si no es ella, es mi hermano Saúl y si tampoco es él, es mi padre
Melisa y cristal comenzaron a reírse sigilosamente llamando mi atención
—¿Ahora que les pico? —pregunte tratando de comprender porque de su risa
—Sabes que te tenemos envidia—comento Melisa, mi rostro cambio a una expresión confusa
¿Por qué la tendrían?, ambas se dieron cuenta que no estaba entendiendo nada a lo que Cristal continúo diciendo
—¿Cómo le hiciste para que Andrés te dejara dormir en su cama? —soltó la pregunta de repente
—Todavía siguen con ese tema—dije agotada
Cuando les dije que Andrés fue muy generoso en dejarme dormir en su cama, ambas abrieron los ojos como platos realmente estaban sorprendidas a lo que no entendí porque, si no es algo de otro mundo y desde ese dia que les dije siguen sin creerlo como también me molestan y hostigan con ese tema
—Es que es increíble, a nadie deja entrar a su habitación, ni mucho menos a Elena que aún seguimos sin entender que es lo que son—explico Melisa a lo que me hizo sorprenderme, no tenía ni idea de esa información
—No entiendo
—Sam eres la primera mujer que entra al cuarto de ese hombre gruñón—respondió Cristal
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Madrid (El comienzo)
RomanceElla necesitaba escapar de Mexico, se habia perdido asi misma, le habian arrebatado esa seguridad, ese amor, lo intento, pero no pudo, por eso decidio irse de ese lugar donde a cada minuto recordaba la peor noche de su vida, necesitaba sanar, necesi...