—¡Samantha ya estas lista! —Joaquín comenzó a apurarme desde la sala
Yo me encontraba en mi habitación arreglándome para la cena que tendríamos. Para esta ocasión opte por escoger un vestido sencillo color blanco algo ajustado que me llega arriba de mis rodillas. Es de un cuello redondo, manga corta y con un escote pequeño al final en forma de lápiz, para mi es algo casual. Deje suelto mi cabello y no use mucho maquillaje, la verdad no me apetecía usarlo aparte que no estoy acostumbrada a maquillarme todos los días, al trabajo si voy con algo de maquillaje porque es obvio si me llegaran a ver con mi rostro recién levantado y las ojeras que me cargo, se espantarían conmigo. Por eso solo agregue base, corrector y un poco de labial, pero un labial nude. Termine de abrochar mis tenis, eche lo necesario en mi bolsa y salí casi corriendo.
—Te apuesto a que seremos los primeros en llegar—anuncie incorporándome junto a mi hermano que me esperaba en la cocina
—Eso no justifica tu retraso. Hermana debes de cambiar eso—ataco juguetón y le di un leve golpe en el hombre
—Yo también te amo—Joaquín respondió riendo a mi acción
Salimos del hotel y en cuestión de segundos ya nos encontramos en camino al restaurante del cual no recuerdo el nombre y mucho menos se en donde se encuentra. Me di cuenta que necesito en verdad un tour completo por la ciudad, la vez que Melisa me dio el tour fue algo pequeño me enseño unas cuantas calles, fuimos al centro de la ciudad donde por cierto me había perdido
Después de varios minutos llegamos a un restaurante llamado el Piu de Prima, cabe aclarar que por fuera se ve muy elegante, no me quiero imaginar cómo es por dentro. Mi hermano abrió la puerta y de inmediato el olor a pasta italiana llego a mi nariz llamando la atención de mi estómago quien desea probarla. Joaquín se encargó de dar nuestros nombres a un joven con una libreta en su mesa quien no tardo nada en darnos acceso a entrar. Por dentro el restaurante es de una decoración moderna, elegante y sobria, con colores muy neutros y brillantes. La sección a la nos dirigíamos es con mesas redondas para más de tres o cuatro personas, están adornadas con un mantel color blanco que llega casi al suelo y con otro más corto color rojo. El brazo de Melisa quien lo movía de un lado a otro llamo la atención.
—Te dije que no seriamos los únicos en llegar tarde—le murmure a mi hermano mientras caminábamos hacia ellos
—Corrección dijiste que seriamos los primeros en llegar—respondió bromeando
—Es casi lo mismo
—No, no lo es
No quise continuar. Sabía que no podría ganarle Joaquín es alguien que para cada situación tiene argumentos diferentes y es muy difícil llevarle la contra
—¡Hola! —avisamos Joaquín y yo al unísono
—Joaquín tanto tiempo sin verte—se levantó Javier de su silla para darle un abrazo a mi hermano
Me sorprendió que se conocieran
—No tenía ni la menor idea de que se conocieran—dijo Melisa cerca de mi oído después de que me incorporara junto a ella
—Lo mismo digo
—¡Hola guapos! —anuncio Cristal sonriente
—Me has sorprendido—comento Melisa
—¿Y eso por qué? —Cristal tomo asiento junto a mi hermano poniéndolo en medio entre ella y yo
—Siempre llegas tarde—volvió a decir Melisa
—Bueno hoy si pude organizar bien mi tiempo—Cristal se encogió de hombros—¿Y el odioso de Andrés si vendrá?
—Dijo que tenía unos pendientes en la oficina y que por eso salió tarde, pero que no tardaría en llegar—aviso Javier
Continuamos platicando de diversos temas mientras esperábamos a que Andrés llegara, un mesero se acercó a nosotros preguntando si queríamos algo de tomar todos concordamos en pedir vino y el mesero se retiró para traerlo.
Un par de minutos después Andrés entro por el pasillo vestido con unos pantalones color beige y a juego una camisa arremangada de las mangas color verde con los botones de arriba desabrochados, algo casual para un hombre como él. Lo que más llamó mi atención y creo que también la de todos fue a la rubia que traía a su lado vestida con un jumpsuite corto color negro, estampado liso, cuello en forma de V, manga larga cortada en capas, un listón alrededor de su cintura haciendo lucir su esbelta y marcada figura, esa facilidad con la que camina con esos tacones altos color beige hace verse segura de si misma
—No puedo creer que la haya traído—susurro Cristal algo molesta después de verlos llegar
Algo en mí no se empezó a sentir bien, ver a Elena de esta manera me hizo sentir algo... insegura más de lo que ya soy.
>estas celosa<
No, no lo estoy porque lo estaría o ¿si?
—Lamento llegar tarde ¿Ya ordenaron la cena? —comento sentándose a un lado de Javier y casualmente terminando frente a mí, Elena tomo asiento junto a Cristal quien no pareció caerle bien
—No, solo hemos pedido vino—contesto Melisa
—De acuerdo—suspiro—Ella es Elena
—Hola a casi todos los conozco menos a ti—comento Elena mirándome
—Emm...—aclare mi garganta—Soy Samantha tengo poco que entre a la empresa
—Por supuesto ya me acuerdo de ti—aclaro sonriendo
Yo solo le sonreí amablemente, de un momento a otro ya no me apetecía seguir aquí.
Me maldigo por dentro por hacerme ilusiones con alguien sabiendo perfectamente la clase de persona que es y cayendo ciegamente en esos gestos tan tiernos. Primero llega ebrio y casi desnudo en mi apartamento luego me besa y después va a mi oficina y termina tocándome y segundo se preocupa por mí, me da su protección, me hace entrar a su habitación quedándose conmigo sujetando mi mano ¿A qué estás jugando Andrés?
—¿Sam que vas a pedir de cenar? —pregunto Joaquín en mi oído sacándome de mis pensamientos
—Creo que una pasta desde que llegamos no puedo quitar ese olor de mi nariz—trate de actuar lo más normal posible
El mesero que nos atendió por primera vez volvió para apuntar nuestra orden, cada quien pidió distinto solo Melisa y yo coincidimos con la pasta.
Mientras esperábamos para cenar, comenzaron a sacar temas que para ser honesta mis oídos ni atención ponían. Atrape varias veces a Andrés con sus ojos fijos en mí, yo me hacia la desapercibida hablando con Melsa o con mi hermano, pero aun asi lo sentia, sentia esos ojos verdes que me hacían sentir tan intimidada y que con solo mirarlos me hacían sentir de mil maneras
Ahora me doy cuenta que mi gran defecto es enamorarme fácilmente, asi sucedió con Leonardo caí rendida a sus pies y ahora...
Ahora lo estoy sintiendo con Andrés quien me ha confundido y me ha hecho una ruleta de emociones
Después de una hora de que nos trajeran la comida que por cierto cumplió con mis expectativas, la pasta con verduras que ordene sabia exquisita realmente sentia el sabor a una buena pasta y a Italia por supuesto. La calidad de este restaurante lo convirtió en mi favorito de la ciudad.
El vino con esa combinación dulce y agrio comenzaba a arder dentro de mí y a tomar el control, no quiero emborracharme, porque me conozco y comenzare a decir cosas que prefiero guardar para mí.
Aun asi me tome varias copas seguidas, mi hermano me llamo la atención para que me detuviera, lo bueno que lo tengo a mi lado y obedecí. Le avise a la mesa que saldría al balcón, necesitaba el aire fresco y natural de Madrid porque si seguía dentro el calor me consumiría ignorando el clima del restaurante.
>Son los celos< no claro que no
Melisa y Cristal se ofrecieron a acompañarme, pero les dije que no se preocuparan que no tardaría nada. El balcón se encontraba al final de del pasillo en donde esta nuestra mesa, para mi suerte se encontraba solo, lo cual agradecí. El aire fresco golpear mi rostro me sentaba bien
Un mesero se acercó a mi ofreciéndome una copa y yo la acepte
Lo siento hermano
—Mala noche—comento un hombre apuesto acercándose a mi
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Madrid (El comienzo)
RomanceElla necesitaba escapar de Mexico, se habia perdido asi misma, le habian arrebatado esa seguridad, ese amor, lo intento, pero no pudo, por eso decidio irse de ese lugar donde a cada minuto recordaba la peor noche de su vida, necesitaba sanar, necesi...