CAPITULO 13

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Me gire de inmediato para ver su rostro, senti curiosidad el alcohol me daba pequeñas señales de que me quedara y que no corriera porque si no terminaría vomitando enfrente de las personas arruinando su cena. Es muy atractivo, sus ojos son muy bellos ¿quien eres chico misterioso?

dios, cuando me pongo ebria empiezo a pensar muchas barbaridades

—Algo asi—suspire exhausta

—Rodrigo—se presentó y extendió su mano para que la estrechara

—Samantha—estreche su mano

—Entonces, ¿Por qué tienes ese humor? ¿Te dejaron plantada? —se acercó poniéndose junto a mí de espaldas a la barda con sus codos recargados

Entre más cerca el olor de su perfume se adueñaba de mi nariz, dejándome encantada

—Es complicado ni yo sé porque estoy asi—exprese acomodándome de frente a la gran vista de la ciudad con mis brazos entrelazados en la barda. Opuesta al como estaba el

—Y tu ¿Por qué estás aquí? —pregunte mirando su perfil

—Cena de negocios—respondió girando su rostro para mirarme y dedicarme una sonrisa

Esa vestimenta lo decía todo, ¿Cómo no lo note antes? Creo que alcohol en mi sistema no me dejo analizarlo bien. Ese traje color azul marino lo hace ver alguien independiente y aplicado, y su rostro fino ni hablar, ojos azules, labios delgados y muy bien moldeados, barba elegante, aunque parecía que la acababa de rasurar. Que mono es

—Bien por ti—murmure

Decidí que ya era buen tiempo de volver con mis amigos, sé que esta noche vine a pasarla bien con ellos y hubiera sido asi a no ser por la presencia de Elena que para ser honesta me incómodo

—¿A dónde vas? —pregunto deteniéndome y volviéndome hacia el

—Ya es hora que vuelva con mis amigos—respondi algo mareada

Dios ya había olvidado lo mal que me pongo cuando tomo alcohol

—No te ves bien, te voy a acompañar para asegurarme de que llegues con ellos—aviso poniéndose junto a mi incitándome a caminar

Ese gesto que tuvo de preocupación me pareció muy lindo, pero no, no debo de dejarme llevar por eso, no de nuevo ya suficiente tengo con lo confundida que me tiene Andrés

—Eres muy lindo—sonreí borracha en el camino tuve el error de tomar otra copa de alcohol aun mesero que paso junto a mí con su bandeja en mano. El líquido en la copa desapareció en segundos, mi garganta la está procesando

—¿Cuánto has tomado? —pregunto riendo a mi lado

—Sinceramente no recuerdo—reí—Eres la primera persona que no intenta sobrepasarse conmigo

—Jamás haría eso con ninguna mujer—contesto muy seguro

—Eres caballeroso entonces

—¿Eso te atrae de un hombre? —me sostuvo de mi brazo al ver mi tropiezo

—Mucho

—Entonces si esa es una cualidad para gustarte, si lo soy—me miro algo sonrojado ocasionando sonrojarme y ambos reímos nerviosos

—Disculpa ¿Qué haces con mi hermana? —Joaquín se plantó frente a nosotros algo molesto

—No...nada yo...

—Tranquilo Joqui, debes agradecerle me ha traído a la mesa, código azul—enfatice en la última frase

Mis hermanos y yo creamos el código azul cuando yo cumplí los dieciochos años en ese tiempo Joaquín tenia veintitrés años y Saúl veinte, cabe aclarar que fue mi primera borrachera y agradecí tenerla junto a ellos. Los tres nos pusimos súper mal creando asi el código azul. Se trata de básicamente de que si cualquiera de nosotros se pone muy ebrio y los otros dos se encuentran en buen estado debemos apoyarnos y sacarlo del lugar para no cometer ninguna estupidez, pero si en dado caso que los tres nos pongamos súper mal, ahí si no hay quien nos ayude. Es por eso que cuando salimos los tres a un lugar donde hay alcohol hay tres opciones: no tomar ninguno de los tres, que uno se quede sin tomar o tomar todos y que dios nos ayude

Madrid (El comienzo)Where stories live. Discover now