Capítulo 26

78 4 0
                                    

Día tras día se me escapaba la oportunidad de hablar con María. Ella y Daniel estaban juntos todo el tiempo. Y cuando al fin estaba sola, ella simplemente me evitada o incluso me ignoraba. Ni siquiera pude felicitarla por el éxito que estaba teniendo, ni por lo bien que le fue en su rueda de prensa.

Esa noche “Eclipse” tocaba en un concierto al aire libre. La mayoría de bandas eran bandas amigas y se hizo un grupo agradable. Estuvimos bebiendo y conversando un rato, luego de que tocaran. Todo estaba bien hasta que a Gino se le ocurrió hablar.

—¿Y ustedes cuando van a formalizar? —preguntó.

Daniel miró a María como pidiéndole permiso. Ella sonrió y se encogió de hombros.

—Bueno, nosotros llevamos saliendo un tiempo. Ya es oficial, aunque ustedes no lo sabían.

—Wow, que sorpresa —dijo Ricardo con Ironía.

Todos se acercaron a abrazarlos, los felicitaron y planearon ir a celebrar a alguna parte. El ambiente pedía celebración y solo tomaron eso como excusa para ir a algún lado. Toda esa escena me incomodó bastante y decidí alejarme, fui con Lucía que extrañamente se había alejado del grupo.

—¿Qué es todo ese ajetreo? —Preguntó

—Solo Daniel y María haciendo publica su relación…

—Oh…

—Van a ir a algún lugar a  celebrar luego.

—¿Vamos a ir?

—No lo sé, tal vez.

—Yo no tengo ganas de celebrarles nada.

Los chicos y el resto del staff se fueron a llevar los instrumentos a la camioneta, yo por una vez no los ayudé. Iríamos primero a dejar las cosas al estudio y luego nos reuniríamos con amigos de otras bandas en algún pub de Barranco.

Lucía había ido a retocarse el maquillaje, o algo por el estilo, al baño. Por lo que,  cuando vi a María acercarse, vi la oportunidad perfecta para hablar con ella. Ella caminaba mirando la pantalla de su celular, estaba muy seguro que no había nada demasiado interesante que ver ahí, solo lo hacía como una de sus mil formas de ignorarme, pero eso me dio una ventaja. Pude acercarme a ella sin que me notara.

Estaba por hablar, pero antes que pudiera decir algo ella lo hizo primero.

—Deberías ayudar con las cosas —Dijo justo cuando alguien del staff pasaba por nuestro lado.

—Quería hablar contigo.

—¿Conmigo? No entiendo de qué.

—Me parece tonto que estés con Daniel.

Bien, «Tonto» tal vez no era la palabra que tenía que usar, pero todo estaba pasando tan rápido. Me di cuenta que en realidad no había planeado muy bien que decirle.

—No tienes por qué decir eso… en todo caso, no te importa —dijo cortante.

—¿Acaso lo quieres? ¿Lo quieres de verdad?

—Sigo diciéndote que no es asunto tuyo…. Yo ya te había dicho que Daniel y yo estábamos juntos ¿Por qué ahora tienes esta actitud?

—Me habías dicho que solo eran amigos, luego que algo podría pasar, pero en serio no creí que llegarían a ser enamorados… y cuando me dijiste que estabas con él, no creí que fuera cierto… o que lo de ustedes fuera serio, tú no puedes quererlo.

Estaba arruinándolo todo, no se suponía que tuviera que hablar de Daniel y ella. Tenía que hablarle de nosotros, de lo que siento, explicarle las cosas. Pero supongo que el hecho que hicieran su relación “oficial” me afectó más de lo que quería aceptar.

—Realmente me sorprendes, no creí que pudieras ser más idiota, podrías decirme ¿A qué viene todo esto? ¿Para qué? ¿Qué buscas? Me dices que no me quieres pero no quieres que esté con nadie más ¿Qué pasa por tu cabeza? —Me dijo tratando de apartarse de mí, pero no la dejé.

—¡Nunca te dije eso! Además, me parece que eres una indecisa y eso… me molesta.

—Por favor no hablemos de indecisos ¿Y por qué te molesta? No, no me interesa saberlo… Jose, ve con tu enamorada y déjame en paz.

Se fue y ya no podía hacer nada. Otro intento fallido ¿Por qué no fui claro desde el principio? ¿Por qué dejé que todo se enredara? Ella no estaría ahora con Daniel… o tal vez sí, pero al menos lo sabría. Me saboteé yo solo, nunca pensé que ella podría a llegar a ser tan importante para mí.

Cuando llegamos al estudio, Lucía empezó a decirme que estaba muy cansada, que no quería ir a ningún lado y que por favor la lleve a su casa. En otras palabras, se puso muy pesada.

Decidí que, después de todo, no sería nada entretenido ver a Daniel y María restregar su “amor” por todas partes, así que llevé a Lucía a su casa.

♫♫♫

Llegamos a su casa, ella asumió que me quedaría a dormir, pero no estaba dispuesto a hacerlo. Era temprano, Carla estaba en su casa, no iba a poder usar sus excusas esta vez.

—¿Quieres comer algo? Luego podemos ver una película.

—Yo prefiero irme ya, estoy muy cansado.

—No, quédate. Si quieres, vamos a mi cuarto y ya.

—No, Lucía… en serio quiero irme a mi casa.

—Pero… por qué… Aquí puedes estar mejor.

Pronunció cada palabra tratando de sonar sexy o algo parecido. Se acercó a mí y me besó, giré mi rostro para evadir sus labios, ella beso mi cuello, y cuando sus manos se dirigían a mi pantalón, la detuve.

—Vamos a mi cuarto —Me dijo.

—No, basta… esto tiene que parar.

La tomé de la mano y la llevé al sofá de la sala, nos sentamos, inspiré profundamente. Esta conversación se había aplazado por demasiado tiempo.

—Tenemos que hablar…

—No… —dijo parándose de golpe.

—Lucía…

—No me siento bien, todo está como… dando vueltas. Me duele la cabeza, mejor me voy a dormir.

Se fue a su cuarto sin decir más ¿Qué le pasa? ¿Quería sexo y menos de un minuto después decide que es mejor dormir? Que conveniente. Podría no seguirle el juego, podría acabar con esto de una vez, pero ya tuve suficiente por hoy. No más Lucía, no más María, no más Daniel… no más de mi estupidez.

El otro lado de las ilusiones #ilu1.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora