Capítulo 2

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Una sonrisa vino a mi rostro al verla, ella no me vio en lo absoluto, no sabía que estaba haciendo aquí, pero era de suponer que venía acompañando a la fotógrafa, simples casualidades. Gabriela, según recuerdo así se llama la fotógrafa, puso su maletín en el suelo y comenzó a sacar sus cosas, esa chica (que supongo era su amiga) se quedó mirando a su alrededor con curiosidad,  paseaba su mirada por todo el lugar y en un momento detuvo sus ojos en mí, y estoy casi seguro que dio un pequeño saltito cuando me vio, debió ser de sorpresa… tal vez porque me reconoció de la mañana, aunque pensé que ni me había visto, Daniel tiene el «don» de eclipsar toda la atención. Me di cuenta que la estaba viendo fijamente cuando se me acercó Ricardo a preguntarme algo y ni siquiera lo escuché.

Hablé unos segundos con Ricardo y luego, sin saber por qué,  la busqué nuevamente con la mirada y me sorprendí al verla conversando de lo más contenta con Daniel, hace solo un momento estaba ayudando a su amiga a desenredarse el cabello de la correa de la cámara y ahora tenía a Daniel en frente coqueteando con ella, «Otra para su lista» pensé y tal vez era algo estúpido, pero eso me molestó, quizás fue porque me pareció que esa chica no era exactamente del tipo de Daniel y solo pensar que quiera convertirla en desechable… Me acerqué a ellos.

—Daniel, anda a que te preparen… —Le dije.

—Sí, que bien… quiero que me preparen un ají de gallina, muero de hambre —Dijo Daniel queriendo parecer relajado o divertido.

—No quieras hacerte al gracioso…

Entre Daniel y yo es muy normal que nos tratemos así, él sabe que siempre tengo que aparentar seriedad para que todo marche sin problemas, a veces tenía que ser «el malo de la película» para que no piensen que pueden aprovecharse de nosotros, das la mano y se van hasta el codo… todos saben eso. Pero yo no estaba exactamente «fingiendo” seriedad, me sentía de mal humor, era en serio y sin razón aparente, Daniel lo notó y se despidió de… esa chica y no dijo más. Sentí un ligero escalofrío al darme cuenta que estábamos «técnicamente» solos. Hablarle era lo más indicado ¿no?

—Señorita, por favor, puede ponerse a un lado y procure no distraer a los chicos que tenemos que trabajar.

Genial, no pude quitar el tono serio de mi voz, ni se me ocurrió algo más agradable que decir.

—Ah, no fue mi intención distraer a Daniel.

—Bueno, pero ahora ya sabes que estabas distrayéndolo.

Algo en la forma en la que pronunció su nombre me hizo sentir el mal humor otra vez, me estaba desquitando con ella y no era justo, quería remediarlo, pero ella ya se estaba alejando. De pronto giró y se me quedó viendo como si estuviera pensando que decir.

—Disculpa… ¿Cuál es su nombre? —Me preguntó dejándome algo desconcertado.

—José, Soy Manager de la banda… ¿Para qué quieres saber?

—Ahhh… es que me gusta saber el nombre de las personas odiosas para asegurarme de no ponerle ese nombre a mis futuros hijos.

Ella quiso parecer muy mala y se fue sin decir nada más, yo tuve ganas de soltar una carcajada cuando me dijo aquello, pero con mi suerte seguro creería que me burlaba de ella. Sí, ella quería parecer mala, pero la verdad es que se veía… adorable.

 Ella se quedó durante toda la sesión de fotos, de vez en cuando Daniel se le acercaba, conversaban, reían…

Yo quiero conocer a esa chica, quiero conocerla de verdad, hay algo especial en ella, no sé qué es, pero sé que vale la pena averiguarlo. Mi primera tarea será saber su nombre… no creo que sea una tarea muy difícil.

El otro lado de las ilusiones #ilu1.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora