Capítulo 27

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Fueron días de full trabajo con la banda, nos habíamos metido de lleno en la pre-producción del disco. Queríamos tenerlo listo cuanto antes. A pesar de ser solo el manager, era como si fuera parte de la banda, siempre he estado involucrado en todo y no era difícil que nos entendiéramos en nuestras ideas.

Parecía un día normal, estábamos grabando baterías y luego se grabaría el bajo. Todo bien hasta que Daniel habló.

—Mary va a venir, ya no aguanto más sin verla y tal vez tengamos tiempo de ir a comer algo después.

A nadie le molestó eso. Yo tuve que morderme la lengua para no decir algo desagradable, no me molestaba que ella viniera, me molestaba que viniera por él.

María llegó e inmediatamente se pusieron melosos, traté de no prestar atención, traté de pensar en otras cosas, pero algo llamó mi atención. «Creo que ya es tiempo que conozcan a la novia». Daniel hablaba de una cena familiar, pero lo que realmente me alteró fue escuchar la palabra «Novia». ¿Qué tan seria se estaba poniendo esa relación? Todo se estaba poniendo más difícil, si seguía sin hacer nada, pronto no tendría ninguna oportunidad… aunque ella no quiera a Daniel, tal vez no quiera dejarlo. Tenía que hablar con ella cuanto antes y a la vez sabía que tenía que esperar, así como tenía la cabeza, otra vez las ideas saldrían de mi boca todas desordenadas y solo empeoraría todo. Decidí que iría a la casa de María por la mañana, sin llamar, sin avisar, solo llegaría. Ella no podría evitarme o huir, tal vez me gane un portazo en la cara, pero insistiría, sí, eso haría.

María se fue a comprar y casi pude sentir como cada musculo se relajó en cuanto ella salió. Fui al baño a refrescarme un poco, quería largarme de una vez, no soportaba la tensión. Metí mi cabeza debajo de un chorro de agua y estuve buen tiempo ahí, no tenía idea de cómo iba a secarme, pero lo hice gastándome casi todo el papel toalla.

Al salir me encontré con María en el pasillo. Si tenía planeado hacer algo, en ese momento se me fue de la cabeza, la tenía en frente y nada más me importó. Le cerré el paso antes de que ella pudiera entrar a la sala. Me lanzó una mirada furiosa, pero pude ver en el fondo de sus ojos algo más.

—¿Necesitas algo? —Me dijo.

—¿Qué significa eso de novia? Yo no veo el anillo.

—¿Qué? ¿En serio? ¿Otro interrogatorio? Deberías cansarte de esto, no tiene sentido.

—No sé de donde viene toda esa tontería.

—Y yo sigo sin entenderte ¿A ti que te importa? ¿Crees que tienes derecho a todo esto? Me estás volviendo loca con estos arranques, solo déjame tranquila.

—Hace algunos días, semanas... que quiero hablar contigo, quería encontrar el momento correcto pero pienso que ese momento no existe,  así que da igual, yo…

—No, no digas nada ¿Que podrías hablar tú conmigo? No me interesa nada de ti.

—No te creo… sé que he sido un idiota, muy idiota… tú debes saberlo. Creo que me ganó el miedo. Y ahora me arrepiento tanto…

—¿De qué te arrepientes?

—Nunca debí ser enamorado de Lucía… me deje acorralar.

Ok, tal vez no estaba usando las palabras adecuadas, pero no sabía cómo explicarle todo lo que había pasado en tan solo unos minutos, era imposible.

—¿Acorralar? ¿Qué eres? ¿Un niño? —Me dijo aún molesta.

—Sentí que la rechacé demasiadas veces y pensé que se aburriría cuando al fin consiguiera estar conmigo, ya sé que fue una tontería, pero cuando me enteré que te hiciste enamorada de Daniel, él mismo día que te enteraste que yo estaba con Lucía… entendí que aun sentías algo por mi… y pensé que aún estaba a tiempo…

El otro lado de las ilusiones #ilu1.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora