Día normal

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Y todo lo usual,
todo lo corriente,
todo lo ordinario
atrapa mi mente.
Ese gato blanco
o ese muchacho en la calle,
ese árbol doblado,
aprecio cada detalle.
Y cada pedazo de tierra
que conforma mi camino
me da energía,
alejo a lo dañino.
Cada brisa de viento
o gota de sudor
me llena de fuerzas,
eliminado el pudor.
Y todo lo normal,
o por lo menos lo que parece,
me atrapan, intrigan, 
de energía carece.
Cada paso dado
o palabra escrita,
oxígeno respirado,
ocasión vivida,
cada chiste contado
o risa oída,
cada entrada al colegio
o conversaciones de salida.
Cada interrupción
o cada mal rato,
es usual, pasa,
como todo tema hablado.
¿Apreciamos los segundos
en los que hablamos solos?
Esos momentos raros
donde reflexionamos locos.
Y es que nos pasa
casi todos los días,
pero no lo vemos,
necesitamos epifanías.

Las lágrimas de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora