Crimen

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Quién diría que había
tal perfecto mundo
detrás del crimen?
Hipocresía y egoísmo
en sus actos delictivos,
y ellos sólo ríen.
La tentación placentera,
pecadora, nuestra condena,
nos atrapa en el frío,
y cuando estemos congelados
no nos arrepentiremos
de lo que hemos creído.
Tal paraíso
dispuesto a los pies,
es sólo cogerlo.
Decisión muy fácil,
y aún así les complica,
no quieren pretenderlo;
su falsa moral
y máscara ante el resto
lo impiden,
y cuando yo lo haga
y los libere a todos
de lo que prohíben,
se mentirán entre ellos,
esperando ser santos
con su ropa de blanco,
cuando el cloro tomó
todo el sucio trabajo
para ser abandonado.
Entonces, cuando crean haber vuelto
y haber retomado
todo lo que maldigo,
los mataré a cada uno,
demostrándoles siempre
que el mismo crimen fue su castigo.

Las lágrimas de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora