Y escucho tu canción
en medio de la noche,
atraviesa mi corazón
como un afilado broche,
y sigo el sonido
de tu alto canto,
todo tu aullido
cubriendo como manto
mis ambos oídos,
resonando en mi cabeza,
y en la de los elegidos,
con su canto besa.
Tus huellas resuenan
en la tierra del suelo;
tu legado veneran
y yo te huelo.
La velocidad de tu carrera,
y en el aire tus pasos,
saltas la barrera
y aprietas los brazos.
Refriegas tus orejas
contra mis piernas,
rompes las rejas,
más fuerte que hienas.
Levantas tu hocico
hacia la luna,
se escucha tu aullido
después de la una.
Fuertes tus ojos,
muestras tus dientes,
ambos rojos,
y somos obedientes
a esas acciones,
por nuestro Alfa,
provoca reacciones,
y siempre seremos manada.
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Las lágrimas de la luna
Thơ caNo creo que estas rimas tenga sentido alguno... sólo espero que cuando sean leídos, lo encuentren.