Impulso

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"Te gusta. Mírate."

Light permaneció inmóvil durante unos segundos, no sabría decir cuántos; ni siquiera era capaz de pensar con claridad. Toda su atención se encontraba ahora en los dedos de L que, con movimientos lentos y casi meticulosos, dibujaban la forma de su miembro erecto por encima de la tela del pantalón.

"Si Light-kun me lo pidiese..." comenzó Ryuzaki, escudriñando el rostro del castaño con sus negras y dilatadas pupilas, "Si me lo pidiese podría ayudarle a liberar tensiones..."

Light habría querido negarse. Habría querido apartar al estúpido de L de un manotazo y asestarle un puñetazo en la cara con todas sus fuerzas, pero su cuerpo parecía no estar de acuerdo con esa idea. Así, casi sin saber cómo, se encontró acompañando el ritmo de las caricias del detective con un suave vaivén de cadera.


Joder, aquello se sentía tan bien...


Pronto se dio cuenta de que no era suficiente. Necesitaba más. Con los ojos entrecerrados y visiblemente acalorado, dirigió su vista a Ryuzaki, que ahora dejaba asomar un perverso atisbo de sonrisa.

"Vamos, Light-kun. Pídemelo y lo haré.", dijo el detective, mientras volvía sus tocamientos casi imperceptibles, hasta el punto de cesarlos.


Maldito L...


"Hazlo.", ordenó Light, con la ira y la respiración contenidas.

"Solo lo haré si Light-kun lo pide de una forma educada. Con un por favor sería más que suficiente.", sugirió, con su sarcasmo habitual.

Sin duda, Ryuzaki parecía disfrutar sobremanera torturando a Light.

"Ryu...zaki..."

En un impulso de rabia, Light llevó su mano derecha al cuello del detective para presionarlo con firmeza. Tuvo que contenerse para no apretar más de la cuenta.

"Hazlo...", advirtió en tono amenazante, sin dejar de oprimir su garganta.

L se mordió el labio inferior con fuerza. Ya fuera por la insistencia de Light o la excitación que le había suscitado aquella reacción tan violenta, se apresuró a deslizar la mano hacia dentro del pantalón del castaño para rodear su miembro. Clavándole la mirada, como si no quisiese perderse el mínimo detalle de sus expresiones, comenzó a masturbarlo con intensidad.

Light sentía que iba a explotar.

El poco autocontrol que le quedaba desapareció entre jadeos cada vez más acelerados y audibles. Casi perdiendo la estabilidad de su cuerpo, se apresuró a hundir la cabeza en el cuello de Ryuzaki para morderlo con ansia.

Quería marcarlo.

Quería hacerle daño por querer humillarlo de aquella manera.

No tardó en percibir el sabor de la sangre inundando su boca. Al mismo tiempo, también sintió como Ryuzaki se estremecía debajo de él ante la aguda sensación de dolor; pero, lejos de parar, el detective continuó masturbando a Light con toda la intensidad que le era posible. Él también estaba excitado; Light podía sentir su erección clavándosele en el muslo.

"Ry...u...a..ah..."

Light no podía retenerlo más. Se corrió dejando escapar un fuerte gruñido. Todo se volvió nebuloso y húmedo por un momento.


Sus cuerpos bañados en sudor.

El gusto de la sangre de L en su lengua.

Su semen en la mano de Ryuzaki y el pantalón de su pijama mojado... 

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