21. Dirty talk

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Está consciente de que no siempre le muestra a Hades el respeto que se merece, pero cuando tiene la oportunidad, hace lo que está a su alcance para demostrarle a los que están a su alrededor, de que no importa cuanta mano le meta él en público o lo acorrale en paredes para molestarlo, es alguien con quien deben de bajar la cabeza sí o sí.

—Mi señor.

Deja de jugar con la túnica negra de su hermano mayor, el cual tiene la mejor cara de fastidio que hay en extenso repertorio, sentado no muy cómodamente en las piernas de su hermano menor, ambos en el trono del dios de los mares, mirando siempre desde arriba a las marinas que han ido ese día a entregar su reporte de alguna situación irrelevante, no es algo que tome mucho tiempo, pero es el suficiente como para arrastrar a Hades y obligarlo a estar ahí junto a él.

—Disculpa mi distracción Scylla, sigue con tu reporte. —se inclinó sobre el hombre de Hades, el cual ya ni siquiera intento hacerse a un lado.

—Termine de dar mi reporte hace unos minutos.

—¿Ah sí? —escucha una pequeña risa venir de algún lado, sus ojos se mueven automáticamente hacia su hermano que cubre su boca, pero duda que sea él cuándo, al ver de nuevo al frente, otras dos de sus marinas también están escondiendo su boca—. ¿Entonces que esperan? Lárguense de aquí, ninguno de ustedes necesita saber dónde está mi mano en este momento.

Está a punto de reírse por el sonido en conjunto de casi todos los presentes, hasta que el codo de Hades se incrusta incómodamente contra sus costillas, una especie de regaño que solo lo excita más y hace que se olvide por completo de los mortales para fijarse únicamente a él, no es como si tuviera algún tipo de vergüenza por decir o hacer algo en presencia de otros.

—¿Qué pasa? Tú sabes que cuando me levanto por la mañana, lo primero que pienso es en cómo te podría follar. —no le importa el ruido metálico de fondo mientras las marinas intentan retirarse lo más rápido posible del lugar y sabe que ya no están ahí cuando una pequeña arruga desaparece de la frente de su hermano, lo que le da la libertad de mover sus manos por su cuerpo, apretando las partes donde la tela es demasiado holgada.

—Tu solo sigues mirándome de esa forma —dice finalmente cuando escucha la puerta de fondo cerrarse y sabe que están solos, al menos esos 7 no son como sus consejeros y se van en lugar de seguir escuchando—, yo no soy responsable de lo que sea que le suceda a tu polla.

—¿No te quieres hacer responsable? Yo sé que te encanta tocarlo. —busca que se acomoden en el trono sin que se mueva mucho de sus piernas, anhelando besar su cuello o llegar a sus labios, pero la ropa del otro le molesta tanto, que no está muy lejos de hacer un berrinche por el estorbo.

—Ya deja de decir tonterías y vamos a cualquier habitación —levanta su dedo índice cuando ve el rostro del menor demasiado cerca, alejándolo lentamente, consciente de la creciente molestia por no poder ir más lejos—. ¿No quieres ver que tengo bajo la túnica?

Quiero reírse en la cara de Poseidón cuando deja salir lo último, realmente no es su estilo llevar esta clase de conversación, pero han pasado suficiente tiempo juntos que ya no le dan tanta vergüenza soltar esa clase de comentarios y, sobre todo, no le importa ilusionar a su hermano menor con algo que claramente no trae puesto, nunca caería tan bajo como para ponerse cualquier cosa que se imagine y andar con eso todo el día.

—Está bien, vámonos a un cuarto, allá podemos seguir hablando —se encuentra lo suficientemente emocionado y animado que no le presta mucha atención a la sonrisa de Hades, simplemente lo acomoda entre sus brazos para levantarse, literalmente, de un brinco y llevarlo en brazos—, vamos a meterte el gran soporte principal~

—Oh por favor, sé que tienes mejores frases que eso, no hagas que me arrepienta de haber aceptado venir.

—Está bien, está bien, pensare en más cosas~

Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora