25. Orgasm denial

55 0 0
                                    

—Poseidón... Basta. —sujeta con fuerzas las orillas de mármol de la tina, se lamenta de no poder mantenerse lo suficientemente en pie como para usar la regadera y, sobre todo, de haberse olvidado porque normalmente no acepta bañarse con su hermano después del maratón de sexo.

Tiene problemas para mantener el aire, empujándose continuamente contra el pecho de Poseidón que simplemente disfruta de tenerlo revolviéndose en el agua, intentando buscar la manera más cómoda de tener las piernas abiertas, sin posibilidad alguna de cerrarlas gracias a que una de las manos ajenas sostiene una por debajo de los muslos, mientras que con la otra usa hábilmente los dedos para jugar con su ano, sin darle más descanso mientras insiste en "limpiarlo por dentro".

—Aun no sale todo, Hades —acaricia por debajo del agua el muslo que sostiene, besando la parte posterior de su cabeza, disfrutando de la sensación húmeda que otorga el agua—, aunque lo demás parece estar tan adentro~

Respira profundo antes de meter uno de sus brazos de nuevo a la bañera, empujando su codo lo mejor posible hacia atrás para pegarle al menor en las costillas, saliendo de ahí obviamente lo iba a sacar de su habitación, claro, si es que le quedaban fuerzas para tal cos y no tenía que ser llevado en brazos a su cama.

—No te enojes, sabes que digo la verdad —deja ir el muslo que había estado sosteniendo para retraer sus propias piernas y utilizarlas para mantener las de su hermano en buena posición, usando su mano libre para acariciar el cuerpo ajeno por debajo del agua—, además, a tu cuerpo le encanta la atención extra~

Puede sentir como uno de sus ojos tiene un espasmo ante las palabras de Poseidón, está a punto de quejarse antes de dejar caer su propio cuerpo con cierta tranquilidad contra el pecho del otro, literalmente resbalándose cuando siente como empieza a ser masturbado, consciente de su propia dureza a causa de la sensación de los dedos en su interior, los cuales vuelven a moverse después de unos minutos quietos en los que el menor se acomodaba, da gracias a la espuma que cubre gran superficie del agua y que le evita ver el fondo, lo que también le impide observar y pensar en el semen que abandona el interior de su cuerpo, de tan solo recordarlo pensaba rápidamente en el deseo de que sustituyeran el agua cuanto antes.

—¿Qué pasa? ¿No vas a decir nada? —acaricia el glande de su hermano deteniendo el movimiento de la masturbación, acariciando con el pulgar la uretra, ocasionando que el cuerpo de Hades se mueva de tal manera que salpica agua, lo que lo lleva a reafirmar su propio control con las piernas para evitar que cierre las de el de repente.

—Solo, date prisa. —no sabe cuándo su mano se ha vuelto a sostener de los bordes de la bañera, pero utiliza el soporte para mover su espalda, frotándose contra el miembro erguido de su hermano que se mantiene entre su espalda y el vientre del otro, tan duro que le sorprende que no lo esté penetrando en ese momento, algo que no le importa mucho, sobre todo cuando su vientre parece contraerse junto a sus paredes anales por el orgasmo que siente venir.

—Oh, pero no has dicho que te encanta lo que hago —detiene la acción de su pulgar para volver a mover su mano debajo del agua, subiendo y bajando nuevamente mientras espera a que Hades diga algo—. ¿Seguro que no dirás nada~? —sabe que esto le costara varios meses de disculpas y de falta de sexo, pero justo cuando su hermano intenta retraer sus piernas y se empuja con más fuerza hacia atrás, aunque el mismo jadea por la forma en que propio pene este siendo maltratado, no solo detiene los movimientos de su mano, sino que aprieta con más fuerza de la necesaria el miembro del mayor, ejerciendo presión con su pulgar sobre la uretra anteriormente acariciada.

Además de un gruñido, se asegura de no soltar ninguna clase de sonido, a pesar de que sus ojos se llenan de lágrimas ante el orgasmo denegado se mantiene lo más firme que puede, no puede decir que odia esta sensación, es casi una de sus favoritas y con la que normalmente suele perder la consciencia durante los días anteriores, pero prefería no decir nada para evitar que el ego de su hermano subiera demasiado.

—¿Sigues en silencio? —aguarda unos minutos antes de mover su pulgar, a pesar de que ejerce cierta fuerza a su alrededor vuelve a mover ese dedo en específico, sintiendo sin problema los estamos de su hermano mientras disfruta de la manera en que el agua se mueve por todas partes—. No tiene que ser la gran cosa, Hades~

Aprieta los labios con fuerza mientras el pulgar y los tres dedos dentro de su ano siguen moviéndose, con estos últimos buscando abusar de su próstata, buscando estimularlo por todas partes simplemente para que dijera algo estúpido, pero decide guardar silencio y solo mover, nuevamente, una de sus manos lejos del borde de la bañera para buscar acariciar el rostro de Poseidón, esperando que la atención, aunque poca, sea suficiente para que el otro deje de jugar con su cuerpo.

—Lo intentaremos después, entonces. —hay cierta decepción en sus palabras, cuando disminuye la presión alrededor del pene de su hermano y vuelve a masturbarlo como hace unos pocos minutos atrás, sabe que el cambio es lo que incita a que el cuerpo del más delgado se mueva de nuevo contra él, frotándose nuevamente contra el—. Debería de haberme, enjabonado el pene, así podría lavarte la espalda~

Quiere pegarle a Poseidón por su comentario, pero el placer no tarda mucho en volver a su cuerpo con la velocidad que retoman, el agua baila por todas partes mientras su cuerpo se estremece una vez más, no quiere pensar que después de esto va a ser empotrado de nuevo contra su cama, pero cuando finalmente llega a su orgasmo, con más intensidad debido al anteriormente negado, se relaja lo suficiente, de tantas formas, que de repente pensar en salir de ahí y ser cogido de nuevo no suena tan mal, sobre todo si los labios de su hermano menor se sienten tan bien en su cuello y su pene se mantiene rígido contra su espalda a pesar de haber llegado también a su propio orgasmo.

Es cuando Poseidón lo levanta, por debajo del agua y siente como busca acomodarlo para penetrarlo correctamente, que deja salir un gemido sin miedo a que resuene en el baño, lo que hace sonreír al dios de los mares mientras frota su glande contra su preparado ano.

—Vamos a negarte otro orgasmo, ¿te parece?

Si, debería de anotar en algún lado que está prohibido bañarse juntos.

Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora