Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]

30. Impregnation

—Por favor.

Ruega, casi en silencio, mientras mantiene los pies de Hades alejados del suelo y su cuerpo lo apoya contra la pared, sosteniéndolo de las piernas con la fuerza suficiente como para controlar la manera en que se desliza para penetrarlo. Es lento y tortuoso, mientras las manos de su hermano mayor pasan por detrás de su cabeza y acarician su cabello sin mucho interés, con sus miradas encontrándose mutuamente mientras descienden al deseo.

—Hades, solo uno más.

Pide de nuevo mientras se desliza con cuidado en su interior, consciente de que la expresión de su hermano no cambiara hasta dentro de varias horas, si es que tienen la oportunidad.

Su lastima proviene, principalmente, de la falta de peso que sostener, del vientre plano que ya no es un problema para mirarse a los pies y a la falta de quejas sobre dolor de espalda, sabe que es egoísta, pero extraña demasiado ver al dios del inframundo embarazado, tan gordo que apenas y puede no quejarse de su situación, con la mirada de todos encima mientras el mismo se pavonea con orgullo mientras lo abraza para acariciar su vientre.

Maldita sea, no quiere solo follarlo, quiere seguirlo criando, seguir teniendo toda esa descendencia que dejo de lado en un intento por ser fiel, desea tener más hijos y seguir siendo una competencia digna de Zeus en cuanto quien puede hacer más críos.

—Ya dije que no, Poseidón.

Deja salir un sonido lastimero sin detener las penetraciones, recibiendo un beso en los labios por parte de Hades, como si fuera una especie de disculpa por no tener la mínima intención de cumplir o satisfacer esa necesidad, prestándose a casi cualquier cosa excepto eso.

—Uno más, solo uno.

Insiste sin querer dejar de insistir, posiblemente algo que continuaría haciendo a lo largo de los siglos, consciente del rechazo que sufriría cada vez que siguiera insistiendo, pero con la vana esperanza de que en algún momento volviera a decir que sí. Aunque siendo sinceros y observadores, en ningún momento había dicho que sí.

Hades no dice nada, simplemente lo recibe con los brazos abiertos paras satisfacer su lujuria, intenta distraerlo con besos y suaves caricias mientras continúa estampado contra la pared.

Y duele, porque eso es lo único que parece, su fascinación por querer embarazarlo y el amor que le da, parece solo lujuria a los ojos del otro dios. Y probablemente así quedara por siempre.