Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]

10. Frottage

Hay muchas cosas que le encantan de su hermano mayor, si le preguntan, probablemente haría una lista y ni siquiera se esa forma podría terminar de enumerar todo aquello que le fascina de él, la decisión por la cual intenta hacer un pequeño cambio en su vida y dejar de ser tan promiscuo como lo ha sido durante siglos, es complicado, pero la satisfacción de Hades al saber que no hay más mocosos de su parte regados por ahí es agradable, aunque Julián Solo es un recordatorio de que hace unos cuantos siglos siguió saltando de cama en cama hasta que su hermano lo recibió, no era algo tan malo, incluso podía ver a su hermano enojado cada vez que lo veía y eso lo encendía tanto.

Justo como ahora.

Se abrazan como si fuera la cosa más romántica del mundo, mientras se lleva a cabo la puesta de eso y ellos están de pie en un mirado con vista al mar, están solos por el momento, pero aun cuando hubieran mortales cerca de ellos no le importaría y de todas formas seguiría utilizando el abrazo como medio para seguirse frotando contra su hermano, el cual solo gruñe en molestia conforme las manos del menor se mueven por su espalda y bajan de manera definitiva hacia su trasero, el cual acaricia intentando adivinar justamente donde apretar debido a que ambos están vestidos con sus elegantes trajes de dioses.

Si tan solo estuvieran en una habitación, de seguro podría quitarle todo lo que tiene encima.

—Tus manos. —dice contra el hombre de su hermano, antes de murmurar cosas inentendibles debido a la diferencia de altura que hay en ellos, realmente odiaba como sus dos hermanos menores eran más altos que él.

—Tranquilo, tu cabello me cubre. —está seguro de lo que dice, sobre todo porque, en efecto, cada vez que mueve sus manos puede sentir el cabello negro rozando sus nudillos.

—Poseidón...

Deja salir un suspiro conforme su excitación crece debido al tono de voz que usa su hermano, no importaba que tanto le gustara dominarlo o que tomara la iniciativa, maldita sea, si es que su hermano era la cosa más caliente que se paraba frente a sus ojos, nunca pararía de maldecir el tiempo que le tomo poder disfrutar de su cuerpo y compañía en una cama.

—Vamos, solo es frotar... Y frotar... Y seguir frotando.

Habla de manera entrecortada mientras lo besa, una de sus manos se detiene, pero se asegura de sostener con fuerza la nalga que anteriormente estaba frotando, mientras logra meter la otra entre sus cuerpos, comenzando a frotar el bulto entre las piernas de Hades, el cual suspira entre sus labios. Están tan pegados que su mano en medio de ellos no se nota, aunque tal vez para muchos debe de quedar implícito que se están metiendo mano por la forma en que se besan y se mantiene semi quietos en su lugar.

—Poseidón, cualquier lugar es mejor que esto. —se vuelve a quejar, levantando finalmente sus manos, una detiene la boca de su hermano mientras que la otra sostiene con fuerza el brazo que está en medio, realmente no quiere seguir haciendo esto en un lugar tan público y donde mortales estúpidos podrían verlos.

—No sabía que lo público te molestaba. —es verdad que no son unos exhibicionistas que cogen como conejos en cualquier lugar, pero está seguro de que muchos los han visto, sobre todo en el infierno o en los Elíseos, porque siempre que tiene la oportunidad no esta tan loco como para perderla.

—No es lo mismo, allá son de confianza y sé que no necesito matar a nadie para que guarden silencio. —se acomoda las hombreras mientras deja salir un suspiro, tal vez en otro momento no le hubiera negado a Poseidón que se siguieran frotando, porque no se sentía tan mal, pero sin duda le causaba cierta molestia el ser visto por todos aquellos que no había podido gobernar.

—Está bien, vamos a mi pilar, nos queda más cerca que atravesar tus prisiones. —pasa su brazo por la espalda de Hades, dejando su mano, nuevamente, en la mejor parte para seguir frotando su trasero.

—Si sigues así me iré solo al infierno.

Quita su mano rápidamente antes de que comiencen a moverse de camino al mar, mejor si lo hacía enojar cuando estuvieran en la cama, donde sabe que no va a moverse hasta dentro de unos días.