Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]

4. Lactación.

Hace un esfuerzo por ser lo mas silencioso posible, pero nunca puede serlo lo suficiente como para que Hades no lo note, por lo que no le importa la mirada que su hermano le dedica mientras cierra la puerta detrás de si y literalmente camina con felicidad hacia la cama.

—¿Qué haces aquí? —cuestiona el dios del inframundo, mientras termina de reacomodarse su bata del mismo color de su cabello, el cual sigue tan húmedo ya que apenas ha podido darse una ducha.

—Vengo a ver como te encuentras —se sube a la cama por el lado donde su hermano no se encuentra sentado, aunque no por ello escapa de su vista—. ¿Acaso no puedo hacerlo?

En lugar de enojarse, el gobernante del subsuelo solo lo miro aburrido, antes de gruñir cuando estuvieron suficientemente cerca debido a su búsqueda de una buena posición en el lugar, antes de tomarlo por el brazo y jalarlo repetidamente, lo que realmente comenzaba a poner de mal humor al de cabello negro.

—Poseidón, te largaste por un mes entero.

—Lo sé, fue una fiesta muy loca.

La sonrisa del menor se mantiene y por un momento Hades odia cada minuto en que a los sirvientes les pareció buena idea sacar las cosas filosas del lugar, realmente necesitaba algo con que apuñalar a su hermano.

—Si fue tan loca, te hubieras quedado allá.

—Pero Hades, escuche las buenas nuevas, fue una niña, ¿no?

Respira profundo antes de recordar alguna de sus ideas sobre como matar a cualquiera de sus inútiles hermanos, cediendo al jaloneo que realmente ya lo estaba desesperando y aceptando acomodarse encima de las piernas, dormir encima de el no sonaba mal aun si tuviera que permanecer sentado, Poseidón podría embarazar a gente cuando están bañándose en el rio, pero jamás le hacia nada si estaba durmiendo, de no ser así ya desde cuando se hubiera deshecho de él.

—Oh, ahora resulta que te interesa.

—Sí, quiero verla, escuche que se parece a ti.

—Disfruta eso, esta es la única y ultima cría que tendré.

Escucha a Poseidón quejarse mientras se termina de acomodar en la posición de flor de loto, esta demasiado cansado como para pensar en tener sexo y su hermano lo sabe, lo que no se esperaba, es que su hermano menor también sabia de la pequeña molestia que lo había estado torturando durante esos últimos meses.

—Eso-no-es-tuyo. —dice en voz baja, intentando apartarse un poco cuando siente la boca de su hermano caer encima de uno de sus pezones.

Gruñe nuevamente, obviamente enojado cuando su hermano comenzó a mover lentamente tanto sus labios como su lengua, intentando tomar la leche que no le pertenecía y que si pudiera se secaría en ese mismo instante, aunque la matrona había insistido en que aguantara unos meses más, por el bien de la cría recién nacida.

—Poseidón.

Levanto la mano diestra, haciéndola puño, dispuesto a alejarlo de un golpe si con eso lo dejaba en paz, no le había permitido lactar en casi 6 meses, no iba a hacerlo hoy tampoco.

Excepto que estaba falto del cariño de Poseidón.

Odio el momento en que la mano de su hermano comenzó a acariciar su miembro por encima de la ropa de dormir que traía puesta, sin dejar su actividad de succionar suavemente, hasta que la leche comenzó a salir, de manera tan natural como cuando tenia que alimentar cada cierto tiempo.

—Poseidón, necesito, alimentar a Hadal en una hora.

Recordó al bebe mientras su cuerpo se mantenía lánguido en los brazos del dios de los mares, disfrutando del buen trato que le hizo falta el último mes, no quería admitir que se había acostumbrado demasiado a ser bien atendido durante todo ese tiempo y ahora sin la panza molestando podía disfrutar de cualquier posición sin algo interfiriendo o su espalda doliendo.

Su cuerpo tembló cuando llego al orgasmo, siempre atento al sonido de tragar que Poseidón realizaba, sintiendo como la leche se derramaba del pecho que no estaba siendo atendido.

—Que bien come Hadal~

—Exacto, es para ella.

Antes de que se volviera a acomodar y aun cuando disfrutaba de lo bien que se sentía tras el orgasmo, el siguiente golpe llego como debería de haber llegado el primero, alejando a su desobediente hermano que hace mucho tiempo había dejado de ser un bebe.

—Ahora que ya cataste la leche, déjame dormir, tu no has tenido que cuidar de ella.

No se tardo mucho en patearlo y hacerlo a un lado, realmente quería limpiarse, pero ahora por culpa del otro había perdido valiosos minutos de sueño antes de ser llamado por el llanto o despertado por el dolor en sus pezones, todo tan molesto, que realmente no iba a volver a vivir algo similar.