24. Oviposition

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Esta es una de esas actividades que no sabe desde que momento accedió a formar parte, no es un pedido recurrente de Poseidón, el dios de los mares esta consciente de los buenos limites a respetar y de hasta qué punto podía usar su cuerpo y con que fines, pero esto, esto era un nivel totalmente diferente.
No era la primera vez que su hermano menor se quejaba ante el maltrato que las criaturas de su reino sufrían ante la caza excesiva, ciertamente, cuando los mortales se dedicaban a buscar alimento en el mar no importaba la gran cosa, después de todo, los seres vivos necesitan comer y aunque no le rindieran pleitesía de manera directa, eso no tenia porque evitar que los detuviera de adquirir alimento de los mares.

El problema, por supuesto, nacía en el momento en que los seres del mar llegaban al extremo de casi desaparecer.

Hay ciertos animales por los que el rey de los mares tiene una mayor preferencia, no es difícil ver su dolor cada vez que se entera o descubre que varias de estas criaturas atraviesan un momento difícil y en lo mas profundo de su corazón, busca una manera de ayudar a que la especie continue existiendo, aun cuando posiblemente, los mortales se encargarían de matarlos no mucho después.
El tiburón ballena, es una de estas criaturas. Un animal lo suficientemente dócil, que incluso el mismo había sido capaz de acariciar a varios de su especie en una edad adulta, sin siquiera tener que preocuparse por ser atacado, admitía que eran una especie hermosa, aunque no por ello había aceptado ser llenado por ovulados fertilizados para evitar su desaparición.

—Odio esto. —es lo primero que dice cuando finalmente se termina de acomodar en la bañera previamente preparada, su estomago esta abultado, no de una manera exagerada, pero al menos si lo suficiente como para ser algo notorio.

—Yo se que lo odias —su voz está llena de condescendía mientras termina de meterse el mismo a la bañera de gran tamaño, el agua salada le llega por encima de las rodillas antes de hincarse y buscar acomodarse al lado de su hermano—. Pero no es un proceso horrible.

—Ya te dije que no pienso acostumbrarme a nada —levanta una mano para evitar que Poseidón se ponga a su lado y en cambio, abre las piernas, sus ojos vagan inmediatamente de la posición que esta tomando hacia los lados, notando una pequeña caja bajo el agua—. Esa será la última ronda, ¿entendido?

—Esta podría ser la ultima ronda, pero no quisiste que te metiera el resto de los huevos. —se siente indudablemente cómodo en el agua y aunque le gustaría pensar en lo bien que podría ser cogerse ahí mismo a su hermano, tiene mejores cosas de las que preocuparse, como en empezar a dilatarlo.

Nunca hay una señal clara de cuándo será la eclosión exacta de los preciosos animales, el cuerpo de su hermano mayor es solo una incubadora imposible de programar, otorga el calor y protección que necesitan, pero fuera de eso no tiene nada mas que darle, la única señal, por supuesto, es cuando el de cabello negro jura que están empezando a moverse y aunque no hay algo a lo cual llamar correctamente "contracciones", es la única señal que necesitan para forzar el nacimiento, lo que siempre es complicado.

Respira profundo mientras siente los dedos de su hermano abriéndolo, traga saliva conforme se jura a si mismo que, en efecto, esas cosas están intentando nadar dentro de su cuerpo, pero aunque sean algo pequeños no hay una verdadera forma en que pueden hacerlo, así que, mientras una de sus manos lo ayuda a sostenerse del fondo de la bañera, lleva la otra hacia el punto mas prominente de su cuerpo, poniendo un poco de precio y empezando a empujar hacia abajo, esto, junto con la dilatación de Poseidón, hace que dentro de unos pocos minutos su cuerpo y los animales dentro entiendan la señal y comience lo que, en una situación normal, sea el trabajo de parto.

Es aquí donde su cuerpo tiembla, dice algunas maldiciones entre dientes y recuerda que ninguna preparación mental es suficiente para lo que está por pasar.

Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora