23. Belly bulge

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Cuando Poseidón comenzó a meter cosas a la cama, supo que ya no iba a ver marcha atrás en muchas de las cosas que hacían, entre ello, el uso recurrente del butt plug era lo más molesto hasta el momento, como si ser llenado por tres o cuatro rondas consecutivas no fuera suficiente, no solo tenía que permanecer con el pensamiento de ser incapaz de expulsar el semen como naturalmente su cuerpo lo haría, sino que además, vivía con la sensación de estar abierto y expandido constantemente, lo que a la larga no era tan malo, cuando el juguete era reemplazado con el pene de Poseidón su reintroducción era todavía más fácil que en tiempos pasados donde, en el tiempo de enfriamiento, su cuerpo buscaba volver a cerrarse de manera natural.

—¿Te gusta estar lleno? —acaricia con falso cuidado la cintura de su hermano, llevando sus manos hacia el centro lentamente antes de presionar ligeramente con sus pulgares el centro del vientre.

—S-sí. —hay una verdadera falta de consciencia cuando responde a esas alturas, sus ojos tienen un pequeño problema para enfocar al menor y aunque la sangre en sus oídos ya le permite escuchar a su alrededor, no por ello razona correctamente la conversación.

—A mí también me gusta verte así —hace círculos con sus pulgares, apretando de vez en cuando antes de retomar las penetraciones, a un ritmo lento para no forzar a su pobre hermano a moverse demasiado—, te vez tan cómodo.

La conversación no se alarga ni se mantiene mientras mantiene el nuevo ritmo, la mente de su hermano mayor parece preferir concentrarse en el nuevo placer que intentar formas algunas palabras, así que decide solo seguir adorándolo sin dejar de moverse, disfrutando de la lo fácil que es deslizarse, a esas alturas, consciente de que todo el semen que ha depositado en el ayuda a que aquello se realice con tanta facilidad, funcionando como un lubricante más.

Una sonrisa florece en sus labios mientras sus dedos siguen apretando de vez en cuando su estómago, recibiendo algunas quejas por aquella acción que fácilmente se ignoran cuando los jadeos se escapan sin consentimiento alguno.

—Hades~

Lo llama directamente por su nombre mientras aumenta la velocidad de las penetraciones, no está seguro si el de cabello negro lo ha escuchado o simplemente es su cabeza moviéndose debido al cambio de velocidad, pero después de varios minutos sus ojos vuelven a encontrarse y lo primero que puede hacer es humedecer sus propios labios ante su expresión de confusión, tan perdido en el placer que se ha encargado de extender por varios días.

—¿Puedo, llenarte aún más?

Su pregunta carece de sentido y hasta de respuesta, aun cuando sus ojos se mantienen fijos en lo que cree reconocer como un asentimiento de cabeza, que también podía interpretarse como la dificultad de su hermano de mantener la cabeza en su lugar con el cambio de velocidad.

Deja solo una de sus manos sujetando con cierta fuerza su cintura, mientras la otra busca entre las cobijas el preciado juguete de color negro, ese valioso "amigo" que le ayudaba a hacer que su hermano se mantuviera lo más lleno posible, sin dar oportunidad a que el semen salga en algún momento.

Pone más fuerza de la necesaria en su última embestida, corriéndose nuevamente en el interior de Hades mientras que el mayor tiene su propio orgasmo, tiene cuidado de no moverse demasiado para evitar una molesta fuga, tan cómodo y cansado como se encuentra, solo puede pensar en lo divertido que será mañana por la mañana cuando decidan bañarse y entonces ayude a su hermano a sacar todo el semen que mantiene en su cuerpo.

Sin duda alguna sería un espectáculo muy entretenido. 

Tiempo de hermanos. [Kinktober 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora