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A partir de aquella entrega fue la causante de que ahora fuera una de las repartidoras de droga para la yakuza.
No me podía quejar, la paga era buena aunque no todo el tiempo lo hacía, me pagaban por cada entrega que hacía en el barrio y seguí entregando pedidos para otros locales. Pero hubo un día en que todo cambió.

Estaba junto con el "jefe" en aquella bodega en la que nos pedían reunirnos varias ocaciones, al parecer hubo un traidor dentro de la yakuza y estaban buscandolo

-ya le dije que yo no se de que me habla- estaba recargada en una caja de madera -no he visto nada diferente y tampoco tengo contacto con otros repartidores-

Jefe: lo se- se quedó pensando -siempre me he preguntado- se acercó a mí -que hace una chica tan pequeña y linda como tu en estos bajos mundos- su mirada era sincera y por una extraña razón no me sentía amenazada -me recuerdas a mi hija en cierta manera- rio -tenía una actitud igual que tu-

-y por qué no esta con su hija?-

Jefe: la mataron- metió sus manos a los bolsos de su pantalón -junto con su madre, fueron asesinadas por una pandilla-

-y-yo, no quería- un fuerte ruido resonó al interior de la bodega

Jefe: abajo!- ordenó

Estaba detrás de aquella caja de madera, solo escuchaba ciertos pasos aproximarse hasta donde estábamos

?: salga de donde esté maldito viejo, debemos hablar algo usted y yo- una voz masculina resonó por todo el lugar

Jefe: así que eras tu- el jefe se levantó del lugar que estaba encontrándose cara a cara con aquella persona -te di mi confianza, cuide de ti y así es como me pagaste?- no se que estaba pensando, pero nada de eso serviria, el tipo iba armado

?: si, pero usted me lo a dicho, debo empezar a ver por mi y si lo mató justo ahora- escuche como cargaba aquella arma listo para disparar -me volveré el nuevo jefe-

-JEFE!- mi cuerpo había reaccionado por sí solo, había empujado al jefe justo en el momento en el que aquella arma fue disparada recibiendo el impacto de bala justo en mi hombro. Antes de que el jefe callera al suelo tome su arma y dispare dos veces al tipo dando en su corazón

Jefe: Neru- soltó en un suspiro al verme caer al suelo -Neru que hiciste?- me quito su arma para después ver mi brazo

Ardía demasiado y salía demasiada sangre, el jefe tomó su saco poniendo un poco de presión en aquella zona

Shiro: Jefe!- shiro había entrado junto con otros hombres armados

Jefe: ESTA PERDIENDO MUCHA SANGRE, DEBEMOS LLEVARLA AL HOSPITAL RÁPIDO!- fue lo último que logré escuchar cuando ya había caído inconsciente.

Poco a poco abría mis ojos encontrándome una habitación completamente blanca, aquel típico pitido que marcaban los latidos de mi corazón, intente incorporarme de mi sitio pero un fuerte dolor en el brazo lo impidió

Jefe: no debes moverte- hablo a un lado mío -estuviste a punto de morir Neru- su preocupación se veía en el rostro -no debiste hacer aquello-... -aquel tipo al que le disparaste murió y en cima casi arriesgas tu vida-

-da igual- no me atrevía a mirarlo a la cara -hubiera preferido morir en vez de seguir aqui- el jefe me miró incredulo

Jefe: porque?, por qué estas aquí y por qué te importa tan poco tu vida?- ahora estaba a los pies de la cama mirandome fijamente -que fue lo que te paso para que una joven de 16 años piense asi-

Sentía un enorme nudo en la garganta al recordar que fue lo que me trajo hasta acá

-no es nada- no me atrevía a decirlo

Estrellas en el infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora