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El tiempo en aquella finca pasaba demasiado rápido, todos estos meses pensaba en que haría pero nada venía a mi mente

Estaba en una parte lejana de la finca, Yuki me la había enseñado, me había dicho que venía aquí cuando se molestaba con su madre, pero ahora yo la usaba para pensar un tranquilamente, necesitaba saber que pasaría conmigo, la Sra. Minami tienda razón, no podía estar en esta finca toda mi vida, jamás me acostumbraria a esta vida, ver aquel arroyo de agua me daba tranquilidad, estaba sentada a orillas de aquel arroyo mientras abrazaba mis rodilla, realmente me daba mucha tranquilidad
Una mano se poso en mi hombro, no quería voltear, quería seguir disfrutando de esta tranquilidad

-que haces aquí?- seguía mirando aquel arroyo

Jefe: no puedo ver como esta mi hija?- realmente estaba tranquilo, acaso no sabía lo del accidente

-yo no soy tu hija- sentí como se sentaba a un lado mío

Jefe: realmente creíste que me tragaria el cuento de que moriste aquel día?- lo mire algo curiosa -soy un hombre viejo Neru, y te conozco como la palma de mi mano, se que mi hija jamas moriría de esa manera-

-yo no soy-

Jefe: tu siempre serás mi hija- tomo mi cabeza apoyándola en su hombro -no me importa si un día deseas matarme, yo siempre los amaré y los seguiré protegiendo- acariciaba mi cabeza con gentileza

-como sabias que estaba aqui-

Jefe: lo supe desde el primer día en que llegaste-... - Mirami me lo dijo- eso si que no me lo esperaba -sabía que necesitabas tu tiempo, así que no quise interferir, pero ahora soy yo quien te necesita- le mire extraña, acaso había escuchado bien, ocupa de mí ayuda, un hombre tan sabio ocupa mi ayuda

-pensé que ya no querías que estuviera a cargo de la Yakuza- me separe de él

Jafe: yo jamás dije eso-... -solo ocupaba que alguien te regresará a la tierra, te estabas dejando llevar por la ambición de siempre ganar en todo y ocupabas un poco de realidad-

-hay otras maneras papá!- me queje

Jefe: ahí esta mi niña- me volvió acariciar la cabeza -se que podía haber recurrido a otra cosa, pero te conozco Nerushima, eres terca y no me dejabas de otra-

-que paso?- no quería seguir hablando de eso, sabía que cualquier cosa que me dijera tendría la razón

Jefe: supongamos que los cargamentos han estado corriendo peligro, tenias razón, Boten no sabe manejar los negocios tan bien como tu- me sentía alargada por aquello -la policía a estado pisandonos los talones y el dinero a estado decayendo-

-todo esto paso en 6 meses?- relamnete eran tan estúpidos para casi destruir toda una mafia en 6 meses

Jefe: así es, pero lo que me estraña- miro curioso el cielo -es que siguieran llegando cargamentos de drogas y armas- me miró -y de alguna extraña manera el dinero se estabilizaba de un día al otro sin que nadie hiciera nada-

-yo no hice nada- trate de evitar su mirada

Jefe: si y yo sigo siendo joven- se rio -no se que hayas hecho pero te lo agradezco-... -te lo diré solo una vez, quieres otra vida, te apoyare en todo lo que necesites- se levanto del lugar y después me ayudo a levantarme - o quieres regresar a demostrar quien es la cabeza de la Yakuza-

-pero yo-

Jefe: demuestra que volviste del infierno y ahora les enseñaras como son las cosas en la Yakuza, dejaras de ser amable con los de Boten, les mostraras de lo que es capaz la zona Norte de la Yakuza-

-creo que no me queda de otra- reí mientras apretaba un poco sus manos -les mostraré a como bailar en el infierno- acepte volver a la yakuza, una parte de mi volvía a sentir felicidad pero por otra parte tampoco quería dejar la tranquilidad que había conseguido estos meses

Mi padre y yo nos fuimos de aquel lugar felices, ahora debía decirle la noticia a la pequeña Yuki, se pondrá triste al saber que no me quedaré aquí

Minami: veo que por fin arreglaron sus problemas- en el patio estaban yuki, haru y... Milk?, que hacía ella qui

-si, también me dijo que usted le informo que había llegado aqui- fingi un poco de resentimiento

Minami: lo siento, no podía quedarme callada- tomo mis manos -aparte, sabía que tu padre no vendría, está demasiado ocupado liderando con su aspecto- sonrió a mi padre

-acaso ustedes dos... Tienen algo?- los mire curiosa, aquellas miradas cómplices me tenían intrigada

Minami: yo? Con este narcisista, egolatro y fanfarrón- se burló -no linda, aprecio a tu padre, pero jamás le tendría tanta paciencia- se fue haciendo un ademán con su mano

-egolatría fanfarrón he?- me burle de mi padre

Jefe: no te olvides de narcisista- acamodo aquella corbata roja que llevaba en su cuello -handa, ves a saludar a tu hermana-

-por qué vino hasta aquí?- estaba jugando con Yuki, realmente esa niña sacaba lo mejor de cada persona

Jefe: te extrañaba, antes de que me digas algo, es la única que sabe que estas viva- realmente este hombre sabía perfectamente lo que pensaba

Me fui a saludar a Milk, me abrazo tan pronto como me vio, todo en ese momento era felicidad, mi padre y la Sra. Minami hablaba con mi padre, mientras nosotras jugábamos con Yuki, todos estábamos felices pero llegó el momento de marchar
Yuki estaba realmente triste, lloraba desconsoladamente, no soltaba mi mano, no quería que me fuera, quería que me quedara con ella para seguir jugando, no quería volver a sentirse sola

-mi niña- me coloque a su altura tomándola de la cara -te prometo que vendré a verte cada fin de mes, pero debes prometerme que comerás toda tu comida y no te escaparas sola a la montaña-

Yuki: lo prometes?- decía entre lágrimas

-te lo prometo- limpie sus pequeñas lágrimas

Yuki: por el meñique- su pequeña manita se coloco en mi cara dejando mostrás aquel meñique, aquella acción me dio ternura y nostalgia, aquel pequeño acto me recordó las pequeñas promesas que hacía con Rindou, ahora sólo quedaban recuerdos de esas promesas

-por el meñique- junte mi meñique con el suyo prometiendo regresar

La despedida fue algo difícil, más por el hecho de ver como la pequeña se despedía de mi entre lágrimas

El camino fue relativamente largo, a diferencia pero sentía que toda mi vida daría un cambio enorme, era como si realmente hubiera regresado de la muerte, sentía que todo iba ser distinto, no sabría si fuera para bien o mal, pero debía afrenta las cosas con la cabeza en alto y dejar de huir a mis problemas

Estrellas en el infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora