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"Como una chica tan joven terminó en un lugar así?"

Aquella pregunta me la hacían un sin fin de veces, al principio era odioso y molestaba, pero a estas alturas de mi vida me importaba muy poco.

?: qué haces tan temprano aquí?- preguntó una de las tantas chicas del burdel

-trabajar- respondí en mi tono cortante de siempre

?: huy, alguien amanecio de malas- mire mi celular y apenas eran las 6 de la tarde, definitivamente era algo temprano para estar en el burdel

-callate o haré que te pase lo mismo que miriam- la chica me miró y se fue un tanto asustada, en aquel burdel habían chicas de distintos lados, japonesas, latinas, americanas, chinas. Básicamente de todo

Shiro: Neru!- me saco de mis pensamientos -el jefe quiere verte, ponte esto- me aventó un vestido, era un qipao (vestido tradicional chino) azul con decoraciones doradas, era un tanto corto, nada que me sorprenderá a decir verdad -te necesita ahora- cerró aquella puerta esperando a que me cambiará

Me incomodaba el hecho de usar vestidos, pero el trabajo me pedía usarlos, aveces.
El vestido era algo corto y un poco abierto de cada lado, convinaba con mi tono de piel a decir verdad, me puse unas zapatillas que convinaran con aquel vestido y tomé mi cabello en una coleta alta dejando ver mi peculiar corte de cabello. Tenía un poco más de mitad de mi cabeza sin cabello, que tenía un sutil desvanecido, la parte alta mantenía un cabello largo totalmente lacio.

Salí de aquella habitación con una gabardina negra sobre puesta, Shiro aún seguía esperándome, me hizo una señal para acompañarlo, había un auto esperándonos fuera del burdel.

El camino no fue largo, llegamos a aquel edificio empresarial de lujo, entre junto con Shiro, apenas entraba y el olor a papeles y plantas fue impragnado por nuestras narices.
Subimos juntos al elevador ignorando totalmente a la recepsionista, una vez adentro pulso el botón del último piso.

Jefe: Mi linda Neru- me habló tan pronto me vio entrar a su oficina -ven acércate- me hizo un ademán con su mano.

El "jefe" era un señor ya adulto, tenía mucho poder y dinero en sus manos, cualquiera que lo viera temblaba de miedo

Jefe: se puede saber- puso ambas manos en cada una de mis mejillas apretando un poco de estas -POR QUE TENGO UN DESVÍO DE 1 MILLON DE DÓLARES NERUSHIMA!?- me esperaba aquel regaño

-estúpido leo- susurre desviando mi mirada, iba a continuar hablando pero un timbrido felefonico nos interrumpió

Jefe: si?- hablo por el teléfono -deacuerdo en un momento están con ellos- colgó -tan pronto termines hablaremos los dos- me miró -vez a recibir a las visitas-

-visitas? Por qué no lo hace Shiro o leo?- mire como volvía a sentarse enn su escritorio

Jefe: por qué Shiro esta viendo unos asuntos y Leo esta ocupado viendo cómo recuperar un desvío de-

-sisi ya entendí, recibo a los invitados- salí molesta de aquella oficina, siempre era yo quien hacía el trabajo pesado -Quiénes son los nuevos por cierto- volví abri la puerta solo asomando mi cabeza esta vez

Jefe: Boten, la organización criminal de Filipinas, quieren una alianza con nosotros-

-Filipinas?-

Al llegar a la recepción del último piso, me encontré con una Gran sorpresa, maldecir internamente, esperaba que esto fuera una total broma.
Me controle un poco antes de continuar mi camino, al parecer los que estaban esperando en recepción eran todos los altos mandos de Boten.

Estrellas en el infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora