Pretty little liars: Keep a secret (Jason Dilaurentis)

T6-E3-Canciones de experiencia

Miraba la llamada entrante de Hanna, era la milésima vez en lo que iba de la mañana y volví a colgar, dejé el teléfono a un lado y miré fijamente la caja de pizza que Jason compró anoche y que hoy, en un breve descanso de pintar la cabaña, terminamos por almorzar - ¿Por qué no respondes las llamadas? – alcé la mirada hacia Jason y suspiré -Es que... Hanna quiere que vaya a la escuela, pero yo no...- él asintió comprensivo - ¿Y por qué no se lo dices? –

-Porque ya sabes como es. No acepta un no por respuesta- Jason suspiró y dejó a un lado su vaso con agua -Escucha, yo no sé por lo que pasaron, no sé lo que sientes ni lo que piensas, pero puedo ver que algo cambió en tu mirada. Creo que deberías hablar con ellas- sentí mis ojos humedecerse y desvié la mirada para que él no pudiera notarlo, pero se levantó del piso para después sentarse a mí lado, me tomó de la barbilla y me hizo mirarlo -Odio verte así y odio más no poder ayudarte más que manteniendo tu mente ocupada, pero no puedo hacerlo todo el tiempo. Anoche, mientras dormías, temblabas todo el tiempo y podía escuchar tus dientes rechinar. Debes hablarlo con ellas, superar juntas esto, porque si no, explotarás y no quiero perderte- a este punto, era inútil intentar retener mis lágrimas - ¿Y cómo hablaré con ellas cuando ni siquiera puedo verlas a los ojos? –

- ¿Por qué? – solté un suspiro lleno de melancolía y me acercó a él para poder recargar mi cabeza sobre su pecho y mientras las imágenes de esos días se reproducían en mi cabeza como una proyección, trataba de concentrarme en el latido de su corazón -Él hacía juegos con nosotras-

- ¿De qué hablas? –

-Verdad o reto ¿A quién quieres más? ¿A mí o a ella? ¿Hoy quién merece agua? ¿Tú o alguien más? Decide o perderás tu turno y alguien más va a elegir, y muchos juegos más. Traté... De elegirme siempre a mí, pero llega un punto en el que ya no lo soportas y entonces, ves de lo que eres capaz- sentí a Jason abrazarme con más fuerza -Creo que él... Andrew... detestaba que fuéramos amigas, y separarnos, sería como un gran triunfo-

-Entonces no lo permitas- me separé de él y volteé a verlo, él alzó su mano y secó mis lagrimas -No dejes que las separe, han pasado por mucho y sé que pueden superar esto. Y yo te ayudaré en todo lo que pueda, pero la mayor parte te corresponde a ti ¿De acuerdo? – asentí levemente - ¿Me llevas a casa? – dije en un hilo de voz, él sonrió levemente y se puso de pie para después ayudarme a hacer lo mismo.

Jason detuvo el auto frente a mí casa, pero no me quité el cinturón ni levanté la mirada de mis manos sobre mis piernas - ¿Qué sucede? – me preguntó y giró sobre su asiento para verme de frente - ¿Y si ellas no me perdonan? –

-Morgan, no creo que ellas se hayan librado de jugar-

-Pero jamás me pasó nada, tal vez nunca me eligieron y yo...- no pude ni terminar la frase -Pero si te hubiera pasado algo ¿Las perdonarías? – asentí - ¿Entonces? No veo por qué ellas no te perdonarían a ti- suspiré profundamente y me acerqué a él -Eres el mejor del mundo ¿Lo sabes? –

-No creo que el mejor de todo el mundo, pero trato de serlo en el tuyo- sonreí -Pues lo logras perfectamente- dejé un casto beso sobre sus labios y salí -Llámame por cualquier cosa ¿Sí? – asentí y cerré la puerta para entrar a la casa.

Subí a mi habitación para bañarme y quitarme la pintura de la piel, y me encontré sobre mi cama un estuche de violín con un moño, me acerqué a él y miré la nota que tenía.

Para que sigas tocando tu música de viejitos.

Abrí el estuche y vi adentro un nuevo violín -Destruiste el otro- brinqué al escuchar a Seth quien me miraba desde el marco de mi puerta - ¿Tú...? –

-Yo...-

- ¿Tú me lo compraste? – Seth sonrió ladinamente y se encogió de hombros, lo miré asombrada y me acerqué a él para abrazarlo -Gracias- susurré -No hay de qué... Esto es raro- no pude evitar reír y me separé de él -Demasiado-