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24: Auch

Cuando bajé, él iba llegando.
- ¡Tae!- grité.
- Haru, vamos- se acercó a mi, y me tomó de la mano, por primera vez en mucho tiempo, no me saqué del agarre de alguien más al tomar mi mano, no sé porqué pero tenía esa mala costumbre, sólo estaba ahí. Eso me recuerda a los sueños extraños que tuve el día de mi cumpleaños, me dejaba la sensación de no querer soltar la mano de mi sueño, ¿cuando volverá a aparecer esa persona en mis sueños? No lo sé, espero sea pronto, quizá sean más señales que tenga que darme.

Mientras caminábamos, estábamos platicando.

- ¿A donde vamos?- Pregunté.
- Es algo que quiero enseñarte, no es nada malo- dijo en tono de burla
- Está bien- añadí con risas
- Vinimos a la academia porqué hay algo que quiero enseñarte- Dijo mientras abría la puerta de la academia.

Era un lugar grande, con una larga escalera y pasillos que te llevaban a distintos salones, al adentrarnos en ella, nosotros tuvimos que subir al segundo piso, debo admitir que me estaba dando una idea de que íbamos a hacer hoy, y estaba muy emocionada, y mi cara realmente lo expresaba.

- Mira, es aquí- y abrió una puerta, donde se adentró para prender la luz- entra- dijo.
- Cuando nos conocimos, me dijiste que en algún momento querías escucharme tocar algún instrumento, y llevaba días preparando esto para poder enseñártelo- dijo mientras le quitaba la manta de encima a el piano que se encontraba en la sala.
Me sentía desesperada por escuchar lo que había preparado, mientras tanto, arrastré hacía mi una silla para poder sentarme a su lado y mientras el estaba concentrado, analizando cada una de las teclas del piano, yo lo observaba, tiene un perfil realmente bello, su nariz redonda le daba un toque magnífico a su cara. Entonces, como un impulso, saqué mi celular y abrí la cámara, y le tomé una foto, era de esas cosas que podía capturar y recordar por un largo tiempo.
Entonces el comenzó a tocar una pieza muy reconocida en la música clásica: Bagallete in a minor no. 25 Für Elise de Beethoven , y era una melodía que te envolvía completamente con cada una de sus notas, me sentí embobada por ello, ya que era una de mis piezas favoritas, también me sentí conmovida nadie había preparado algo de esa magnitud para mi, todo para mí es tan nuevo, tan sorprendente, tan cálido, que quiero quedarme aquí por un largo tiempo.
Había tantas emociones en mi que estaban siendo oprimidas, que terminaron desbordándose en forma de lágrimas mientras seguía observándolo, y al terminar él volteó a verme.
- Haru, ¿Qué pasa?- preguntó mientras giraba hacia mí.
-Nada, solo me sentí muy conmovida- respondí mientras me pasaba las manos limpiándome la cara de las lágrimas.
- ¿Segura?- volvió a preguntar tomando mis manos.
- Sí, eso fue espectacular, me encantó- volteé a verlo a los ojos y noté que en ellos había un pequeño lunar que adornaba uno de ellos y era hermoso.
- Me alegra que te haya gustado- dijo sonriendome.
- Ven, es momento de irnos- dijo una vez más, mientras me llevaba de la mano
Sacó un pañuelo café de uno de sus bolsillos mientras caminábamos
- Ten limpia tus lágrimas y sigue llorando si es necesario, no guardes tus sentimientos-dijo extendiéndomelo.
Mientras nos dirigiamos a la salida pude ver qué aún había estudiantes, que iban sus aulas o que ya iban de salida, pero una cosa pude notar: todos nos miraban con extrañés.
Y yo solo volteé a ver a Tae, el cuál, me devolvió la mirada con una sonrisa, y seguimos caminando todavía de la mano.
Pude ver qué había chicas que me miraban de más y con cierta expresión de desagrado, quizá en otro momento pude haberme sentido algo molesta pero en esta ocasión el mundo ya no me importaba porqué me sentía feliz al lado de Taehyung.
Seguimos caminando hasta la salida, entonces me atreví a preguntar algo que me estaba haciendo ruido en la mente.

- Tae- llamé su atención.
- ¿Qué pasa? ¿Estás mejor?- preguntó
- Sí, mis lágrimas ya salieron, una disculpa por eso- respondí con risas.
- No tienes porqué disculparte por expresar tus sentimientos, al contrario, agradezco que los externes conmigo- explicó, así haciéndome sentir mejor, a las personas con las que salí, les molestaba que yo fuera tan expresiva cuando algo me gustaba, o que me hacía feliz, y a Tae le parecía lo más normal, y eso me hacía sentir más cómoda.
- Gracias- respondí haciendo una pausa- quiero preguntarte algo
- dime- dijo parándose en seco y volteándome a ver.
- esto se considera una cita?- pregunté
- Podría ser una cita pequeña, porqué no pasamos mucho tiempo juntos, entonces una mini cita, ¿Te parece?- dijo
- Entonces está bien- terminé, y así seguimos caminando hasta la parada del camión, ya no íbamos de la mano, al contrario el llevaba las manos por detrás.
- ¿Cómo regresas a casa?- preguntó
- Tomaré el camión que pasa en esta calle, como si fuera de regreso a la universidad, ¿Y tú?- pregunté
- También, entonces vayamos juntos- respondió.
Y así estuvimos platicando en lo que llegaba el camión, tardó alrededor de 10 minutos
En la plática descubrí que no vivía tan lejos de mi actual casa, vivía a solo 7 calles de mi, era raro, estaba tan cerca pero tan lejos de mi, y creo que nunca lo había visto.
Entonces, bajé yo primero, despidiéndome de él, y que me avisara cuando llegara a casa.
Y me puse en marcha hacia mí casa.
Pero al meter la llave en la cerradura de la casa, escuché algunos gritos.
Era mamá.
- ¡Es que diario es lo mismo contigo! ¡Me tienes harta, ya no te soporto más!- se escuchaba el grito en la cocina.
- ¡Es que primero escúchame!- de escuchó otro grito, de papá.
- ¡No tengo nada que oír!, ¡Nada!- escuché.
Y así corrí a la cocina.
- Solo déjame explicarte- dijo papá.
- Te dije NO! ¿No lo entiendes?- dijo dándose la vuelta.
- Sólo escúchame- la tomó del brazo.
Fue un pésimo momento para estar detrás de mamá.
Quise tomar a mi madre por los hombros para que dejara de discutir, pero cuando papá la tomó del brazo ella lo quitó y su intento de safarse del agarre fue tan fuerte que me tocó un golpe. Y sí, hasta allá fui a dar, todo pasó tan rápido que terminé hasta la puerta de la cocina, agarrándome para no caer.
Cosa que a ella no le importó ya que después de eso, solo subió las escaleras rumbo hacia su habitación.
Creí que era solo el golpe hasta que sentí un líquido caliente en la cara, y vi a papá con una cara de terror.
Corrí al baño, mi boca estaba llena de sangre, pero la sangre provenía de la nariz y de la boca.
Lo único que hice fue tomar papel y esperar a que parara de sangrar, entonces regresé a la cocina, y papá seguía ahí tratando de analizar la situación.

- Papá, ¿Qué fue lo que pasó?- pregunté mientras sostenía el papel en mi nariz.
- Es que, llegué tarde- respondió.
- ¿Y?- pregunté.
- Es que, me fui con unos compañeros del taller a tomar un trago, ellos invitaron y yo acepté- explicó
- ¿Y que la hizo molestar?- pregunté
- lo que estalló fue que ahorita ya estoy más sobrio que cuando llegué, y no le había avisado que no venía a comer, entonces ya se había molestado en primer momento por no avisarle, entonces ella creyó que me había pasado algo- Explicó más detalladamente.
- Ah, y supongo que ya había pasado días antes?- pregunté.
- Sí, fue sin querer, de verdad lo olvidé.- dijo
- ¿Y eso fue todo?- hice una pregunta más.
- Sí, eso fue todo- hizo una pausa para ver los papeles llenos de sangre- pero mira nada más como te dejó por mi culpa, aunque te agradezco que hayas llegado- terminó de hablar.
- lo de menos es el golpe, creí que había sucedido algo más grave, pero anyways, subiré a limpiar todo este cochinero- dije señalando mi blusa, y tomando mis cosas dirigiéndome a mi cuarto.
Al llegar dejé mis cosas en la cama y me dirigí a bañar, ya después haría los pendientes.
Había sido un día muy bueno para terminar así.

Hola banditaaaa, espero que estén pasando un buen tiempo, ¿Ya comenzó el otoño para ustedes? Espero que se cuiden, este capítulo es un especial que estaba escribiendo desde hace días, quería darles uno más para que no dejaran de leer, ya pronto habrán capítulos más seguido, entonces, ¡Nos vemos pronto! Espero les guste🤍