El entrenamiento todavía estaba en el comienzo pero ya era posible ver que estaba destinado a ser otra catástrofe para Timothy. Para el muchacho aún estaba siendo aún peor que el de la semana anterior. No tenía fuerzas para pasar el balón correctamente y mucho menos para tirar a canasta; era mucho más lento que cualquiera de los otros chicos y cuando su equipo estaba defendiendo tenía demasiado miedo de acercarse a cualquier oponente debido a lo intimidado que se sentía por la superiodidad fisica de todos ellos.
- "¡Falcón!" Rugió el entrenador Smith. "Si no comienzas a entrenar en serio ahora mismo voy a patearte el trasero fuera del equipo, ¿me escuchaste?"
-"¡Sí señor!" Dijo Timothy aunque la verdad era que parecía del todo imposible que eso fuera a pasar sin que ocurriera un milagro entremedias. Cualquier espectador pensaría viéndolo correr completamente perdido por la cancha que como un gatito asustado, aunque tenía motivos para estar asustado y no solo por su desastrosa actuación...
Más tarde Timothy vio a Adam correr hacia él botando la pelota con unas de sus manos. En su expresión dejaba claro que estaba loco por vengarse después de lo sucedido en el vestuario. Timothy se asusto tanto que por un momento pensó en apartarse del camino pero sabía que no podía hacer eso sería demasiado humillante, tenía que quedarse allí y enfrentarse a Adam... como un hombre.
- "¡Apartate maricón!" Fue todo lo que dijo Adam al pasar junto a Timothy con extrema facilidad aprovechando la situación para empujarlo tan fuerte con el hombro que fue suficiente para hacer que Timothy cayera dolorosamente al suelo golpeandose la cabeza.
- "¿Qué pasa mariquita?" Dijo Adam burlandose de él. "¿Te rompiste una uña? No vas a llorar, ¿verdad?"
Adam se dio la vuelta y solo le dió tiempo para tragar saliva al ver lo que se le venía encima.
- "Te lo advertí" dijo simplemente Martin antes de tomar la pelota de la mano de Adam y lanzarsela contra la cara con todas sus fuerzas. Apenas unos segundos después de Timothy fue el turno de Adam para caer al suelo, gritando y retorciéndose mientras ensuciaba el piso con su sangre… todos los del equipo se dieron cuenta que su nariz estaba rota por el balonazo.
- "¿Quién es el mariquita ahora, eh?" Martin le gruñó furiosamente. "Y ni siquiera pienses en ir a la enfermería primero llevaré a Tim"
Diciendo eso Martín se acercó a Timothy tomando a su amigo en brazos con tanta facilidad como si estuviera levantando una almohada. Timothy se sentía confuso y mareado, y aún tardó unos momentos en comprender completamente lo que estaba sucediendo, cuando finalmente logró hacerlo se sintió avergonzado por la situación embarazosa.
- "Bájame al suelo tío" suplicó en un angustiado susurro. "Puedo llegar a la enfermería andando"
- "¡No, no puedes!" Dijo Martin "Te golpeaste la cabeza, así que creo que es mucho más seguro que te lleve yo allí"
-"Pero..."
- "Deja de ser tan terco, ¿vale? Ya te lo he dicho… yo me ocuparé de ti" dijo mirando profundamente a los verdes ojos de su amigo provocando que Timothy se callara al sentir un escalofrío a través de su cuerpo...
***
La enfermera Grant estaba recordando sorprendente pero esclarecedora llamada telefónica que había recibido esa mañana cuando la misma persona que había sido objeto de tal conversación irrumpió en su oficina. El muchacho se acercó rápidamente a ella y sin ofrecer ninguna explicación comenzó a llorar copiosamente en sus brazos.
- "¿Qué pasa cariño?" preguntó abrazando con asombro a Timothy.
Timothy trató de responder a su pregunta pero se sintió completamente incapaz de detener las lágrimas y los sollozos que lo abrumaban en ese momento. Después de enfrentar tantas situaciones traumáticas en tan poco tiempo sus emociones finalmente lo superaron. Al darse cuenta de que era inútil tratar de extraer una información comprensible del muchacho mientras estaba tan triste, la enfermera Grant decidió simplemente consolarlo por el momento. "Shhh... Está bien cariño..." Dijo de manera maternal. "Todo estará bien..."
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Tira y afloja
RandomTimothy comienza una nueva batalla contra las normas militares de su padre