DÍA SIETE

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- "¿Dónde está mi padre?" Timothy le preguntó a su madrastra cuando bajaron.

- "¿Te olvidaste de Timmy? Hoy es sábado y tu padre se despertó temprano para ir a cazar con sus amigos como hace todas las semanas"

Timothy se había olvidado por completo de eso. Sin embargo teniendo en cuenta el estado de confusión de su mente no fue sorprendente. Todos los sábados su padre tomaba algunas de sus amadas armas y se iba a un bosque cercano a cazar alces, ciervos y otros animales más pequeños.

Richard había insistido en que pronto lo acompañaría muchas veces diciendo que era una oportunidad para que el niño comenzara a comportarse como un hombre de verdad. Pero en cada una de esas ocasiones Timothy no solo dijó cuánto odiaba las armas, sino que también que su padre era un cobarde por disparar a animales indefensos que deberían dejarse tranquilos. A Richard nunca le gustó esa respuesta y siempre a partir de ese momento, la conversación invariablemente se convierte en una acalorada discusión.

- "Pero si mi padre ya salió, ¿por qué me visto así?" Pregungó Timothy indignado señalandose su propio cuerpo. "¡No está aquí para verme!"

- "Usa tu linda cabecita tonta. ¿No te sientes incómodo con tu ropa nueva?"

-"Por supuesto"

- "Pues esa es la razón, estoy segura de que tu padre podría notar tu malestar. Pero como está fuera tendrás todo el día para acostumbrarte a tu ropa nueva antes de que llegue a casa"

De nuevo Timothy se sintió frustrado al darse cuenta de que no podía encontrar ningún defecto en la implacable lógica de Susan. "¿Pero qué voy a hacer todo el día vestida así?" preguntó molesto.

- "¿Recuerdas que tu padre sugirió que empezaras a ayudarme con las tareas del hogar? Esto es lo que vamos a hacer ahora. Y cuando digo nosotras me refiero a que tú harás la mayor parte del trabajo mientras yo te asesoro. Después de todo aún tienes mucho que aprender"

Después de otro ridiculo desayuno Timothy comenzó a limpiar la casa bajo la mirada atenta de Susan. El chico tenía que barrer y encerar el piso, quitar el polvo de los muebles, lustrar los cubiertos, limpiar los baños, entre otras muchas más tareas.

Cuando Timothy se dio cuenta ya era la hora del almuerzo y se sentía exhausto de una manera que nunca antes había experimentado. No tenía idea de que limpiar una casa podía ser tan agotador. Y para empeorar las cosas tuvo que hacerlo con un corsé y tacones altos. Contrariamente a lo que Susan había predicho el niño aún no se había acostumbrado a esas prendas. ¿Cómo podía hacerlo cuando sus pies y su abdomen le dolían tanto?

También estaban las molestías de su sujetador. No le causaban ningún dolor pero su presencia era increíblemente molesta, siempre estorbando. Sin mencionar los tirantes del sujetador que se le clavaban en los hombros todo el tiempo.

- "¿Hemos terminado por hoy Susan?" Preguntó Timothy después del almuerzo que fue tan insípido como el desayuno. A Timothy solo se le permitió comer ensalada, una pequeña porción de arroz integral y un pequeño trozo de pechuga de pollo a la parrilla. Todavía tenía hambre después de la comida pero al mismo tiempo no estaba seguro de haber podido comer más debido a que el corsé comprimía su estómago.

- "¿Terminado?" Susan se sorprendió por la pregunta. "No seas tonta, todavía hay mucho por hacer".

- "Pero ya limpié toda la casa" protestó el chico

- "¿Y la ropa sucia?" ¿Crees que se limpian por arte de magia? es hora de lavar la ropa "

De pie frente a la lavadora Timothy pensó que esta tarea no era tan mala ya que la lavadora hacía casi todo el trabajo sola. El niño solo necesitaba poner el jabón en polvo y tener cuidado de no mezclar ropa blanca y de colores.

Tira y aflojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora