Capitulo 7

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Joaquín

Cuando Emilio dijo que me levantara temprano, no pensé que fuera tan en serio
Los golpes en mi puerta me despertaron , asustado salté de la cama.
Mi mente aún no estaba acostumbrada al hecho de que estaba a kilómetros de mi ex novio , de que ya no podía lastimarme como antes, así que cualquier ruido me ponía nervioso y al limite
Sacudí mi cabeza y miré el reloj, eran apenas los 5 de la mañana, ¿ acaso este hombre no descansaba?
Anoche había llegado después de la medianoche, debía estar cansado y adolorido.

Me levanté, porque seguía golpeando como no hubiera mañana, cuando abrí la puerta lo encontré comiendo una manzana, vestido con un mono de deporte y una camiseta debajo de un suéter, no pude evitar comérmelo con la mirada, porque ¿ quien en su sano juicio no lo haría?
El hombre estaba buenísimo, con músculos donde debería tenerlos y un rostro hecho por los Dioses.

— Te dije que estuvieras listo temprano – dijo, sin detenerse a saludar

Me miró de arriba – abajo, seguía en pijama y mi cabello debía ser un lio, sin contar que ni siquiera me había cepillado  los dientes.

—Pensé que te referías a las 8:00 de la mañana – me excusé, sintiéndome como un niño cuando lo regañan.
—¡ Son las 5:00 de la mañana!

No pareció afectado por mi reclamo, estaba inmaculado , su labio inferior aún conservaba la curita, pero por lo demás, era como si nunca hubiese estado en una pelea.
Mi cuerpo aún se recuperaba de la paliza que Daniel me había dado hace más de 2 semanas, ¿él como era posible que estuviera tan bien?

— Es la hora perfecta para que el cuerpo se despierte, ve y cámbiate en 5 minutos te espero afuera – ordenó.
Abrí la boca para reclamar, pero se dio la vuelta y se alejó , dejándome parado como un tonto mirando su musculosa espalda.

Gruñi una maldición por su mala educación y me fui hacía el baño, donde me lavé la cara y me cepillé los dientes
Mi cabello en efecto era un lío enredado, por lo que pasé los dedos entre mis rizos tratando de desenredarlo , pero no funcionó.

Salí del baño y me vestí con unos pantalones de deporte y un crop -top , agradeciendo que mi mejor amiga lo metió en mis maletas , tomé mis zapatillas de deporte viejas , tenía que comprarme unos nuevos, pero hacía bastante tiempo que no hacía deporte
Cuando termine, sonreí con emoción, estaba haciendo algo por mí después de mucho tiempo.

Emilio estaba esperándome afuera como había dicho, ya no tenía la manzana, se estaba estirando los brazos y las piernas
Evite mirarlo demasiado, no quería comérmelo con la mirada como un acosador
Él debía estar consciente de que me atraía muchísimo, pero era tan frío , que no podía asegurarlo.
En cambio, comencé a imitar lo que hacía esperando que mis músculos se adaptaran bien, después de pasar tanto tiempo en reposo luego de la paliza.

—El gimnasio está a unas cuadras de aquí, vamos a ir trotando para que entres en calor – ordenó, así que asentí.

El sol aún no salía por completo, aunque ya se podía ver un poco de claridad sobre la calle.
Si no hubiera sido porque estaba al lado de un enorme hombre, que además estuvo en el ejército y parecía ser un genio en el boxeo, me hubiera dado pavor estar en la calle a estas horas.
Por eso quería aprender a defenderme, para no tener más miedo, ni de Daniel ni de nadie más.

Comenzamos a trotar, aunque era más bien correr, sobre la acera
Emilio parecía estar en su mundo, mientras corría a paso rápido como si no le costara nada, en cambio, yo estaba luchando por mantener el ritmo, no habíamos pasado ni siquiera una cuadra cuando ya estaba jadeando por aire. ¿ En qué momento me había vuelto tan debilucho? Ya ni siquiera podía correr , parecía un viejo.

Frio como el Hielo  (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora