Joaquín
Para mí sorpresa, a la mañana siguiente, Emilio no me despertó a los 5:00 si no a los 7:00 de la mañana.
No le pregunté por qué el cambio de horario simplemente estaba agradecido de haber dormido un poco más después de una noche intensa.
Tampoco hablé de lo que había pasado en la cocina anoche, porque estaba de un peor humor, frío, antipático y mucho menos comunicativo, así que decidí que lo mejor era dejarlo en paz, no quería enojarlo, sobre todo cuando tenía que luchar con él hoy.Cuando llegamos al gimnasio, después de nuestra carrera rutinaria, encontramos ya a varias personas dentro.
Ni idea de quién les había abierto, me sorprendió todavía más encontrar a Adrian saltando sobre una cuerda, aunque David no estaba seguramente porque su hermano le había prohibido volver.
Adrian me dio un saludo seco y le devolví una sonrisa, aunque aún estaba atontado.
Mi cuerpo no terminaba de despertarse, ni siquiera con el calentamiento de la carrera, debía ser el alcohol que me ponía mas lento de lo normal.Mi humor terminó de empeorar cuando Emilio me envió a golpear el saco de boxeo, mientras él se reunía con otras dos personas.
Estaba indiferente conmigo, más de lo normal, lo que ya era decir mucho.No se trataba de su frialdad habitual, si no había algo más
Estaba comenzando a pensar que se sentía tan frustrado sexualmente como yo, y que por eso no quería acercarse.
Eso me molestaba aún más no éramos unos niños pequeños teníamos que resolverlo.Mis sospechas se confirmaron cuando Emilio me indicó que esta vez, no iba a pelear conmigo, si no que uno de los chicos a los que entrenaba lo haría.
Cuando dijo chico, se refería a un afroamericano de casi dos metros, con músculos de acero, que parecía una versión macabra de Samuel Jackson, tenía unos ojos negros como el ébano, se veía de la edad de Emilio pero no me hacía sentir seguro como él.Cuando le pregunté a qué se debía el cambio, fue cuando me explicó.
—Confía en mi, en que no te haré daño, vamos a ver si puedes defenderte tan bien con alguien a quien no conoces, lo mismo que pasaría en un ataque real– explicó, aunque no estaba mirándome, en sus manos había unos guantes de boxeo.
Nunca los habíamos usado, ¿ por qué ahora?—¿ Esos son para mí? – pregunté, cada vez más nervioso.
No me gustaba nada esta nueva idea, no me hacía sentir ni cómodo ni seguro. Además ese hombre me aterrorizaba.— Sí, es para que protejas tus manos y golpees más fuerte – murmuró, entregármelos.
Adrian se acercó en ese momento para ayudarme a colocarme los guantes, me di cuenta en ese momento que Emilio pudo haberlo hecho, pero eso significaba tocarme y era lo menos que quería.
Aquello me irritó bastante, una cosa buena era que fuera a pelear necesitaba descargar toda la energía negativa que sentía.Adrian me dio una sonrisa para tranquilizarme, podía sentir lo nervioso que me encontraba, era la primera vez que iba a pelear contra alguien más.
Me deseó suerte y se fue de nuevo, así que respiré profundo y me fui hacia el ring, donde el hombre enorme ya me estaba esperando, con una sonrisa engreída y relajada en sus labios.
Miré a Emilio estaba en una de las esquinas, con sus ojos acechándome, y aunque se atrevía a tocarme, sabía que me quería.El hombre ya tenía sus propios guantes de boxeo, lo que me puso aún más inquieto.
Sin embargo, me obligué a mi mismo a dejar el miedo necesitaba hacerlo, por mi propia seguridad, porque no quería sentir miedo de un hombre nunca mas.
Tomé aire y lo solté, sin despegar mi mirada del hombre, que hacía lo mismo. Dio varios saltos, como había visto que hacían en las peleas de los boxeadores profesionales, el tipo se estaba metiendo en el papel.
ESTÁS LEYENDO
Frio como el Hielo (Emiliaco)
FanfictionADAPTACIÓN!!! Joaquin Bondoni sufrio violencia domestica durante años, guardando silencio por miedo.Cuando Daniel, su novio lo envía al hospital después de una fuerte paliza, su mejor amiga lo obliga a dejarlo antes de terminar muerto. Huye a otra c...