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De nuevo llorando, ya van 3 meses que estoy así, definitivamente tengo que salir de esto, no sabía que hacer, las ganas de salir de la cama definitivamente no se quitaban y el solo pasaba por mi mente, estaba cansada de no poder dormir, y sentir que todo giraba en torno a el. Me sentía agotada, ya ni siquiera salían lágrimas de mis ojos. Ellos también estaban cansados.

—¿Qué ha pasado estos días?.

—Nada, todo sigue igual, siempre lo mismo.

—¿No has podido mejorar nada?.— negué con la cabeza mientras lo miraba a los ojos. —¿de verdad nada?.

—¿Qué quieres que diga? Todo es igual, siempre me levanto con la misma imagen.

—Tus horas de sueño, ¿siguen siendo las mismas?.

—¡Ja! De hecho disminuyeron.

—Esto no es normal, ¿alguna vez consideraste salir de Nueva York?.

—¿A qué te refieres? ¿Debo irme?.

—Solo te estoy preguntando, pero creo que si necesitas salir un momento de aquí.

—Aja ¿y a dónde voy a ir?.

—¿Por qué no te vas a alguna ciudad de Europa?.

—No se si sea una idea muy buena, no estoy acostumbrada a viajar sola.

—Si quieres ayudarte, tendrás que hacerlo.

—Pero ¿y mi trabajo?.

—Tienes que dejarlo, el punto de que viajes e que hagas una vida nueva, que intentes olvidarte de el.

—Y explícame exactamente como voy a lograrlo, ¿tal vez volviendo a nacer?.

—Ni así lo logras, tienes que conocer a alguien más, así de fácil.

—¿Conocer a alguien más? Hacer algún amigo supongo.

—Sabes que no me refiero a eso, tienes que darte la oportunidad de volver a amar a alguien ¿crees poder lograrlo?.

—Wow nunca lo había pensado, vamos ¿quién va a quererme así como estoy?.

—T/n eres muy hermosa, ya te lo he dicho ¿no?.— el tomo mis manos y las escondió en las suyas, ambas de mis manos se tensaron y no sabía cómo reaccionar ante el agarre.

—Ammm ¿qué quieres decir ante “hermosa"?.

—No te hagas, sabes a lo que me refiero.

—Richard, eres mi psiquiatra, no puedo gustarte.

—Es que no me gustas, estoy enamorado de ti T/n, por favor yo puedo ser quien te cambie ese panorama, puedo hacer que te olvides de una vez de ese tipo.

—¡El no es ningún tipo! Y no lo vuelvas a llamar asi ¿me escuchaste?.— escondí mis manos en las bolsas de mi chaqueta, nerviosa.

—¿Entonces que dices?, ¿me das una oportunidad?.

—¿Qué? Claro que no, Richard te lo repito eres mi psiquiatra no puedes pedirme eso.

—¿Por qué?.

—Esta mal.— el se acercó a mí deteniendo mi mano con la que tomaba mi bolso para irme, la atrapo entre las suyas y luego me vio con una cara de maniático, la cual si no fuera psiquiatra juraría que yo misma lo llevo a un hospital ahora.— mejor, suéltame ¿si?.

—Tu no vas a irte ¿por qué quieres hacerlo?.

—Me- me estás dando miedo, tengo que irme. —cuando mencioné ni última palabra sonó mi celular, era mamá, odiaba que me llamara pero en este momento se lo agradecía a los cielos.— es mi mamá, tengo que irme.

—¡Ya te dije que no vas a ir a ningún lado!.

—Tu no vas a decir que hacer, lo mejor será que dejemos de vernos, ya no quiero más terapia contigo, así que adiós.

[...]

—¿Y luego que más paso?.

—Llamaste tú y le dije que tenía que atenderte, salí casi corriendo de la oficina.

—Bueno, no me interesa, llame para decirte que tú padre y yo vamos a ir a Nueva York esta semana, espero tengas donde recibirnos.— ¿escuche bien? Mis padres quieren que esté en casa para recibirlos, cuando ellos ni siquiera han tenido la mínima preocupacion por mí.— tu hermana tiene una casa muy grande, espero poderme quedar en la tuya y vivir cómodamente.

—Mamá lo siento pero van a llegar con ella está vez, yo no puedo.— Después de todo las terapias con un lunático no fueron malas, me dió un buen consejo «si quiero desconectarme tengo que salir de aquí, o si no mi estabilidad emocional se va a terminar de romper»— voy a viajar mañana mismo así que mi casa no estará disponible, lo siento.

Vamos no van a negarlo ¿o si? Ella tenía que tener su merecido por lo menos una vez ya que toda la vida eh sido la inútil, la inútil que tiene está estudiando una carrera de Turismo.

Aunque ahorita los viajes no están tan activos como otras veces, nos centramos más en lo que se hace llamar «teoria» cuando comiencen los viajes de nuevo, haremos más.

Durante toda mi vida he sido solo yo, mi madre se la pasaba trabajando, y mi padre refugiado en el alcohol, cuando mamá llegaba de trabajar su centro de atención era mi hermana, incluso ignoraba que yo existía. Después de que los años pasaron y ambas nos convertimos en mujeres, seguía en mi casa a punto de firmar un contrato de compra venta de un departamento que me había comprado, cuando mi mamá dijo que era una buena para nada y que tenía que salir de su casa ya mismo, trate de explicarle pero ella no escucho, esa noche termine en casa de Carla, mi mejor amiga, faltaban 2 días para que el departamento fuera mío oficialmente, así que pronto salí de ahí.

Tiempo después mi mamá quiso visitarme, accedí como una tonta, en esos momentos lo único que pensaba era «Ella es mi madre, no puedo negarle nada, la quiero y creo que ella a mi también» y lo admito, estaba demasiado equivocada, ahora que estuve hiendo a terapias de psiquiatría y psicología aprendí que por más que amara a la gente había que poner una cosa molesta llamada «límites» y yo no ponía eso, ahora me cuesta menos trabajo ponerlos. Eso me alegra, si, me alegra mucho.

Aunque ahora mismo siento que mi sistema de cae en mil pedazos, intento estar lo más tranquila posible, no puedo imaginar que para lo único que salgo del apartamento es únicamente para mis citas con Martina y las antiguas citas que tenía con el maniático de Richard.

Incluso el trabajo comencé a hacerlo en casa, no podía asistir así, no podía permitir que nadie me viera así, ya no más.

[...]

—¿A dónde vas?.

—¿Y a ti que rayos te importa?.

—Vamos preciosa no te hagas la difícil hoy, ¿o vas a negarme que te mueres por estar conmigo?.

—JAJAJAJAJA por favor no me hagas reír, no creo que exista una chica que muera por estar contigo como dices.

—Alguien llamada Olivia.

—Bueno yo no soy esa p*erra así que, ¡adiós.— caminé por el pasillo doblando en el espacio donde estaban las escaleras y de reojo vi su cara de rabia.

Un poco de contexto vendría bien ¿no?. El era el típico vecino fuck boy que cree que todas están detrás de él, y bueno eso no era una mentira, iba en la universidad conmigo y por “mera casualidad” vino a vivir al mismo edificio y justamente en frente de mi apartamento, cada día que salgo está ahí y eso... es realmente molesto.

La realidad de el sobre todas las chicas que lo rodean o más bien a las que les “gusta” es por su cuerpo, bastante marcado pero no por algo más, el tipo es ególatra, típico hijo de papi millonario. Un fastidio de diario.

«7 Noviembre» Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora