5 &

98 8 0
                                    

10 Noviembre. 2014

7:30 a.m. 

Pensándolo bien, 3 días aquí me han ayudado muchísimo, de verdad mucho, para mí eso es mucho de no haberme puesto a llorar como desesperada, y tratar de cometer alguna locura.

Liam me había hablado estos días para que planeemos algo, pero todo se fue a la basura cuando le conté que estaba en París, no tenía idea de que se había ido a Irak.

El tiene una carrera de música, por lo tanto viaja constantemente de país y hasta de continente, es demasiado tediosa su carrera, pero la verdad canta divino, desde niños.

Liam

¿Cómo vas con el eh?

¿Qué te digo? Cada día es una nueva pelea, ya estoy realmente cansado de esto..

¿Ya hablaste con el?

Nunca tiene tiempo.

El Liam que yo conozco no se daría por vencido así de fácil ¿o si?

La verdad no pero...

Espera un poco, ahora vuelvo.

Claro.

Salí de mi departamento por qué alguien había tocado la puerta, y una vez que salí no había nadie, absolutamente nadie, lo único que pensé fue que algún vecino o hijo de un vecino que quería jugarme algún tipo de broma tonta.

Sinceramente siempre había tenido que soportar a niños pequeños, y si, en algún punto había pasado tiempo con mi madre, mi tía Amely hermana de mamá tiene 2 hijos gemelos 7 años más chicos que yo. Tenía que cuidarlos a veces, y en serio no eran algo muy bueno cuando estaba sola. Y menos aunque estuviera mi hermana, ella siempre estaba con su novio o hablando por llamada.

—Vamos ¡basta, dejen de molestar de una buena vez!.

—No creí que molestara.

—Ah... eres tú.

A los pocos minutos reaccioné y volví la vista a la puerta con una cara de sorpresa, ni yo misma entendía como estaba ahí, parado frente a mi puerta, hace apenas tres días nos conocimos y yo no le había dado ningún tipo de información.

—¿Eres tú?.

—No creo que sea algún espíritu que merodea por aquí ¿verdad?.— Reí ante su comentario que, sin mentir, si había sido demasiado graciosa.

—Claro que no, pasa.

—¿Cómo estás?.

—Muy bien, gracias ¿qué tal tú?.

—Igual gracias.

—Me da mucho gusto, ¿quieres algo de tomar? Café, agua ¿algo?.

—Mmm ¿ya desayunaste?.— pregunto con una mano en su mentón, apoyándose en su rodilla.

—En realidad no, estoy despierta desde las 7 de la mañana, pero no he desayunado...

—Te propongo ir a desayunar juntos ¿me acompañas?.

—Ammm ¿tu y yo?.

—Claro.— me estaba mirando con una cara de que estaba más convencido que yo misma, en sentido literal, no sabía cómo había conocido más de mi ni mucho menos pero el aún seguía siendo un desconocido y haber llegado a mi casa sin avisar y mucho menos cuando yo no le dije nada. Aumenta mi miedo. —Vamos se que tienes miedo pero no te haré nada, confía en mí.

—Bueno, está bien iré contigo.— ¿Estaba segura de lo que haría? No, ¿Por qué lo estoy haciendo? Ni yo misma se, pero podré tener alguien que me acompañe. Eso es mejor que nada.

Ya afuera comenzamos a platicar de muchas cosas, y cuando digo muchas, lo digo en serio. El chico es agradable, no se ve como un secuestrador ni mucho menos, le gusta la música como a Liam.

—Entonces déjame procesar, ¿tú te mudaste de Nueva York para acá por qué tu novio murió?.

—No solo fue por eso, hay más cosas que ahora no quiero hablar.

—Claro no te preocupes

—Bueno ahora ¿vas a contarme algo de ti?

—¿Yo?, ¿Quieres que te cuente algo mío?

—Vamos.— bufé. —Tu propusiste que contaramos cosas del otro.

—Bien solo por qué no tengo nada más que decir.

—¿Osea que solo querías que te contara cosas sobre mi, así nada más?.

—¡Hey no claro que no!

—¿Entonces?

—¡Ay vamos! ¿No te vas a enojar por algo así o sí?.

—Bien, ya qué.

—Bueno así que, cuéntame ¿qué quieres saber de mí?.

—Pues no lo sé, lo que quieras contarme primero, estás en toda la libertad.

—Bueno ¿qué te digo? Tengo 22 años, mi familia, solo tengo a mi hermana y mi madre está a punto de morir, ella está enferma, mi padre es Jagged Stone, ¿lo conoces?.

—Ammm algo he escuchado de el, pero nunca he oído una canción de el.

—Bueno, luego pongo una para que la escuches, ¿de acuerdo?.

—Okey, ahora ¿qué más?.

—Para empezar me enteré hace un año que el era mi padre, desde entonces hemos tratado de convivir y recuperar el tiempo perdido. Mi madre enfermó y el se fue, ahora supongo que está viviendo con su asistente en Argentina o algo así.

—Entonces el se fue de nuevo, ¿y tu hermana?, ¿en algún momento tuvo alguna convivencia con tu padre?.

—Ella fue la que menos la tuvo, se puso del lado de mamá aunque también le gustaba la idea de ver a papá.

—¿Y entonces cuando se fue?.

—Solo se enojo y me dijo que si había venido solo para irse de nuevo.

—Perdon por la pregunta pero ¿cuantos años tiene tu hermana?.

—19, es ¿más o menos tu edad no?.

—Si...— en el momento que Luka había contado que su hermana se había puesto mal por qué su papá se marcho, vamos lo comprendí todo, sabía exactamente lo que se sentía y el dolor que provocaba, solo que en este caso, su madre estuvo con ella y mis padres, ambos siguen ahí pero, simplemente ellos no me quieren.

—Oye ¿te pasa algo?.

—No, nada, nada no me pasa nada.— sonreí de lado y continúe comiendo el plato de fruta que había frente a mi.

—¿Estás segura?.

—Ya te dije que si, no me pasa nada, mejor hablemos de otra cosa ¿quieres hacer algo más después de desayunar?.

—Okey ahora confirmo que las mujeres son mas difíciles que nosotros los hombres.

—Claro que no, ¿de que me hablas?.

—Primero tenías miedo de que te secuestrara ¿y ahora quieres pasar tiempo conmigo?.

—Pues me dí cuenta que alguien como tú no puede secuestrar a una persona.— sonreí de manera convincente mientras daba el último sorbo de café a mi taza.

«7 Noviembre» Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora