29 &

35 2 0
                                    

4:56 a.m.

Los dos estábamos a punto de salir al aeropuerto, nuestro vuelo salía a las 5:30 de la mañana. Habíamos decidido ir hoy mismo ya que ninguno de los dos quería perder más tiempo, además, quería ver a mi papá y por lo menos despedirme de el antes de que Dios me lo quitara. Se lo pedía y le rogaba que no se lo llevará de mi lado pero por su condición, era casi imposible que mi padre sobreviviera, y si lo hacia, su calidad de vida no sería buena.

—¿Segura que estás bien?.

—Solo estoy asustada amor... Tiene muchísimo que no regreso allá...

—Eso es normal, vas a reencontrarte con tu lado obscuro. Pero estoy aquí para apoyarte.

—En serio agradezco a la vida que te haya puesto en mi camino. Te amo Luka.

—Yo también te amo a ti. Mucho más.

Solo faltaban unos cuantos minutos para llegar al aeropuerto, el chófer estaba callado pero tenso.

—Estan servidos. En un momento bajo sus maletas, pueden estar tranquilos.

—Gracias George.

Ambos entramos y nos sentamos en la sala de espera, mientras compramos cafés y algunas otras cosas para desayunar. Llegamos media hora antes así que aproveche para relajarme un poco y tratar de dormir. Pero la culpa de aquella vez no me dejaba.

"No hace falta aclarar que no voy a prestarte ni un solo peso. Ya no quiero saber más, adiós"

Maldita sea ¿cómo pude ser tan idiota? ¿qué tal si el dinero en realidad no era para pagar la hipoteca de la casa y en realidad era algo relacionado con su enfermedad? Y yo no quise prestarle nada, mierda ¡ya salgan de mi mente!. Me desperté exaltada y agitada, sentía que el poco aire que sostenía mi pecho pronto escaparía y estaría asfixiada. Mis oídos casi no escuchaban nada.

—¡Hey, respira! Tranquilizate.

—¿Qué me pasa? No puedo respirar bien.— me costaba mucho sostener aire en mis pulmones y hablaba con gran esfuerzo. —A- ayúdame.

—Vamos quiero ayudarte pero ayúdame tu a mi, por favor cálmate....

En un momento que me llegó aire a los pulmones y lo miré a los ojos, se veían profundos y llenos de preocupación, vidriosos y si no fue por qué en mi mente paso el tener que calmarme para estar mejor y abrazarlo, hubiera llorado.

—Ya, ya tranquilo. Estoy bien.

—No sabes cuanto me asustaste ¿estás mejor, segura?.

—Me siento mejor ya, tranquilo.

—Faltan unos minutos para abordar, solo quédate tranquila.

—De acuerdo.

[...]

—Listo ahora ya siéntate.

—Okey.

—Oye amor... Nunca me has contado que pasó con tus papás ¿por qué te alejaste de ellos? O más bien ¿por qué te mudaste a París?.

—Mi madre era amiga de la familia de William, el era casi como su hijo y lo trataba como tal, nunca quiso que estuviera conmigo, decia que yo no era lo suficiente para el y... Apoyo a los padres de William para que se fueran de la cuidad y así alejarlo de mi. Pero nunca lo supe hasta después.

—Tu mamá...

—Si mi mamá, aunque no lo creas.

—Pero aquí la pregunta es ¿ella por qué no te quiere?.

—No lo sé Luka, supongo que fue por qué mate a su hijo...

—Espera pero acabas de decirme que ella desde el principio no te quería.

—En realidad nunca lo supe ni lo sabré, nunca ha querido decirme nada...

—¿Después que pasó?.

—Comencé a caer en depresión, no comía y mi supuesta mejor amiga, se marchó del apartamento donde vivíamos juntas. Todos me dejaron sola.

—Ya veo por qué no quieres regresar a Nueva York...

—Luego mi psiquiatra se enamoró de mi.

—Eso no es algo extraño, eres tan bella que si no fuera por qué ya eres mi novia, ahora mismo te lo propondría.

—Awww jajajaja te amo.

—Yo más, ahora duerme anda...

3 horas después.

—Amor, estamos a punto de aterrizar.

—¿Ya?.

—Fueron 3 horas, tú no sentiste por qué estabas dormida, vamos.

—Bien, ya estoy despierta.

Bajamos del avión y tomamos nuestras maletas, tenía bastantes años que no estaba aquí y aunque no recordaba mucho de la cuidad, no estaba desubicada.

—¿Sabes para dónde ir?.

—En realidad no sé si vivan en el mismo lugar así que mejor voy a llamar a Claire.

—¿Hola? ¿Que sucede?.

—Escucha ya estoy en Nueva York, afuera del aeropuerto.

—¿Quieres que valla por ti?.

—No, solo quiero que me mandes la dirección, quiero saber si siguen viviendo en la casa.

—En realidad no pero... Mamá quiso esconder donde vivíamos para no quedar mal con nuestras amistades así que, mejor voy por ti.

—Agh mamá y sus patéticos estereotipos. Te esperamos aquí.

—¿Espe...?.— colgué de inmediato, no quería escuchar una pregunta cómo «¿Quién viene contigo».

En pocos minutos Claire había llegado, su camioneta negra se estacionó frente a nosotros.

«7 Noviembre» Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora