18 &

43 0 0
                                    

23 enero, 2014

Habían pasado días desde que Luka vino al departamento, desde año nuevo no había tenido contacto con nadie, literalmente estaba incomunicada, no había hablado con Liam, ni con Carla y mucho menos con Ciara.

No había tenido ningún momento de paz desde que el había venido por última vez, veía fotos en redes sociales de ellos dos, juntos y sinceramente se veían felices, sé que yo lo dejé ir pero... dolía, y dolía mucho.

Por lo menos estaba consciente de que el estaba feliz y eso me alegraba, me daba celos pero me encantaba verlo feliz, con esa sonrisa que tanto me encantaba.

2:22 a.m.

«Fue tu culpa»

«Tu lo dejaste ir»

«Eres una cobarde, no deberías estar celosa por qué fue TU CULPA«

«TU CULPA»

—¡NO!.

Otra vez el sueño, otra vez ese maldito sueño.

Estos días el me había dejado en paz, el sentimiento de culpa había mejorado y ya no sentía esa carga en el pecho como hace algunos días, pero había una voz que me culpaba por no tener a Luka a mi lado, me hacía sentirme tonta.

Y es que la estúpida idea de que el pueda ser feliz con alguien más me mata, si por eso lo dejé ir pero no puedo evitar que me duela. Por mis jodidos sentimientos estúpidos el no está conmigo.

[...]

Me encontraba en la cocina preparado pan francés (que ironía) y café para desayunar, siempre hacia bien una buena taza de café americano para empezar con todo, prepare la miel y crema batida para mi café una vez que el pan estuvo listo, mis pies sintieron lo frío del piso al bajar del escalón de madera del piso de mi cocina. Sentí mi cuerpo estremecerse mientras seguía caminando hacia la mesa redonda de mi comedor, coloque el plato y la taza en la mesa de cristal y volví por mi teléfono, me entretuve un poco en instagram cuando alguien tocó el timbre ¿quién toca tan temprano? Supuse que era el dueño del edificio así que me dirigí directo a la puerta aún mirando el celular.

—Hola, T/n Johns ¿verdad?.

—¿¡Qué!?.— volteé de una a la puerta tirando mi teléfono al piso. Había una chica casi idéntica a Marinette, solo que ella tenía los ojos más chicos, algunas pecas salpicadas por su cara y el pelo un poco más corto. —¿Quién eres?.

—Oh, me llamo Kagami, Kagami Tsurugui.

—Aja... ¿y?.

—¡Ay niña hoy estás de mal humor!.— se pasó a mi departamento sin invitación y comenzó a "inspeccionar" todo a su alrededor.

—Exactamente ¿cómo me conoces?.

—Oh, Luka me habló de ti, dijo que eras una chica linda y...— ella me miro de arriba a a abajo e hizo un gesto de «ella no me agrada» y luego volvió a lo que estaba. —Veo que tenía razón.

—Escucha no tienes que mentir, se ve perfectamente que no te agrado, ¿qué haces aquí, en mi casa?.

—No te pongas así, ni siquiera te conozco ¿cómo me puedes caer mal?.

—Bueno entonces explícame que estás haciendo aquí, no voy a volver a repetirlo ¿de acuerdo?.

—Bueno. —se sentó. —Vine a hablar contigo sobre Luka...

—No quiero hablar de el.

—Calma niñita, no vine a hablar sobre los dos, de hecho ni siquiera me importa si ustedes dos están juntos o no, lo que vine a decirte es que, te apoyo linda.

—¿Me apoyas? Exactamente ¿A qué te refieres?.

—Ustedes no son buena pareja, el no te quiere y tú... Creo que solo quieres a tu novio muerto ¿no? Jajaja.

—No es gracioso ¿sabías? Mira mejor vete, no me interesa una mierda lo que opines, adiós.

—Solo recuerda una cosa bonita.— ella se levantó del sofá donde estaba y se dirigió a la puerta aún abierta. —Mi mejor amiga se lo robo, el se enamoró de ella y nunca más va a volver contigo, maldita enferma.

—Jodete.

«7 Noviembre» Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora