capítulo 8

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El recorrido de las gotas de lluvia en el vidrio de su ventana se le hacía muy interesante al pálido chico, sus mejillas y nariz estaban pintadas de un rojo intenso resultado del reciente llanto. Había pasado casi toda la mañana pegado al cristal mirando hacia la calle, mientras la ciudad estaba cubierta por nubes grises y un ligero viento.


Estar solo en su departamento con música clásica de fondo, sumado al para nada cálido clima, no ayudaba en su estado de ánimo. La soledad agobiaba a su destrozado corazón, sus pensamientos aún traían esos bellos momentos que pasó con su ex-novio. Habían planeado un montón de cosas, se profesaban amor incontables veces. Pero, ¿de qué sirvió si al final solo se quedaron como palabras vacías?


Habían pasado dos semanas desde que lo vio, no había vuelto a cruzarse ni con Hoseok ni con Jimin, aquel rubio despistado que se le terminó escapando luego de haber pasado por esa desagradable situación con su ex. Esperaba hallarlo, pero pareciera como que este se ocultara de su presencia y no estaba lejos de fallar, pues el pobre Jimin estaba tan avergonzado que se la pasaba escondiéndose del pálido. Era sábado y no tenía nada que hacer.

— ¡Soy deplorable! — exclamó mientras se encogía en su sitio. Estar sentado al lado de la ventana no era una buena idea, ya que el frío lograba escabullirse por los pequeños espacios. — ¿Cómo es posible que la gente salga con este clima? — se preguntó. Aún con la incesante lluvia, había personas circulando por las calles. Los paraguas de diferentes colores resaltaban, pero algo llamó la atención de Yoongi: un rubio muy mojado estaba encogido, temblando de frío. No llevaba un paraguas y, aún peor, no tenía un abrigo adecuado. Enfocó mejor su vista, abrió ligeramente la boca formando una "o" en sus labios al ver de quién se trataba. — Pero este chico está loco, ¿acaso quiere morir de hipotermia? — se levantó buscando una sombrilla, se calzó los pies con unos deportivos y cubrió su cuerpo con un impermeable celeste. Bajó rápidamente por el ascensor y corrió hasta un tembloroso Jimin. Sus labios estaban ligeramente morados y sus manos del mismo color.

— ¡Jimin! — gritó, causando que el mencionado volteara ligeramente hacia su dirección. Algo en el interior de Yoongi se removió al ver al menor en ese estado. No esperó más y se acercó — joder Jimin, ¿acaso quieres morir? — preguntó mientras cubría al menor con la sombrilla y trataba de quitarse aquel impermeable — estás loco, ven conmigo, debes entrar en calor — el menor no podía formular palabra alguna, sentía su cuerpo doler y estaba algo impresionado por encontrar a Yoongi ahí.

Luego de cubrir el tembloroso cuerpo de la lluvia, Yoongi regresó al edificio. Al llegar a su apartamento, llenó la tina con agua caliente. — ¿Puedo, puedo sacarte la ropa? — pidió permiso, recibiendo un asentimiento de cabeza de Jimin. Sacó las prendas, quedándose impresionado por la bonita figura y la tersa piel. Lo ayudó a entrar al agua, la temperatura era la adecuada. Después de unos minutos, procedió a sacarlo y lo cubrió con una gran toalla. Al ver que aún temblaba, lo cargó y lo llevó hasta su habitación.

— Espera, traeré una muda de ropa para abrigarte — sonrió y fue hasta su armario donde sacó un calzoncillo negro y una pijama de algodón amarilla, además de un enorme suéter del mismo tono — bien, ahora sí déjame vestirte — cerró sus ojos para permitir que Jimin se pusiera la ropa interior, aunque también lo ayudó a sostenerse. Un apretón leve en su brazo hizo que abriera los ojos, entendió la señal y procedió a cubrir el delicado y bien formado cuerpo del hermoso rubio. El enorme suéter cubría sus manos y llegaba hasta sus muslos, donde el pantalón de pijama hacía ver aún más pequeño al menor debido a lo holgado que era.

— Ahora ven, secaré tu cabello — sentó a Jimin en un mueble pequeño y, con ayuda de la secadora, quitó todo rastro de humedad del sedoso cabello. El menor se relajó ante las pequeñas caricias que recibía al sentir el tacto suave de Yoongi — listo, ahora sí vamos a la sala. Preparé un té de manzanilla y tú me explicarás cómo llegaste a estar completamente empapado — su voz era suave pero demandante.

"Estaba empapado porque me mojé con la lluvia" pensó Jimin — es...está bien Yoo...Yoongi Hyung — habló por primera vez desde que llegó con el mayor.

El día gris de Yoongi se vio tenuemente teñido de color por aquel lindo rubio.






La verdad, me estoy desanimando con esta historia. Trato de dar lo mejor, pero la veo muy aburrida. Espero que las personitas que aún vienen a leerme les guste, aunque sea un poquito.

Mill.  

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