𝐋𝐈𝐄𝐒 | ❝You"ll never know the
psychopath sitting next to you
you"ll never know the
murderer sitting next to you.❞
Madelaine tiene una vida a base de mentiras, donde puede sacar su lado más oscuro y cruel sin que nadie se dé cuenta, pero todo ti...
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PERTURBADOR.
Eso es lo que pensaría cualquier persona que viese aquella horrorosa escena.
Con el sol, ya casi terminando de amanecer y un frío que calaba hasta los huesos, en lo más recóndito del bosque se hallaba un escenario digno de una película de terror.
Troncos de árboles manchados de un líquido espeso; sangre. Cuerpos por doquier que si alguien lo viera ni siquiera podría distinguir que se tratase de una persona, la sangre en el suelo formando una pequeña laguna, botellas rotas tiradas por doquier.
En lo más recóndito del bosque, solo el sol que salía por el horizonte había sido espectador de aquella masacre. Había sido testigo de una chica desquiciada tratando de apaciguar su furia y así lograr tranquilizarse.
Había perdido el control.
Madelaine era una experta en controlarse, por más días que hubiera estado sin alimentarse, siempre podía controlarse. Sin embargo, esta vez fue la excepción. Estaba furiosa consigo misma, la combinación de falta de alimento y lo reciente con Stiles detono una bomba en ella.
Todo lo que había logrado una vez que llegó a Beacon Hills se había ido a la mierda.
Se odio a si misma por permitirse bajar la guardia, por siquiera haber sentido un poco de empatía y lástima por el humano. Todo aquello que había sucedido esa madrugada llegó a ella como balde de agua fría una vez se alejó de Stiles.
Se reprochó a si misma tal error.
Y no había logrado más remedio que desatar su furia matando personas. A mitad del bosque fue encontrando personas, no le importaba ni quienes eran o que hacían, simplemente su instinto animal había salido a flote y se descargó con una rabia descomunal con cualquiera que se le atravesara en el camino.
Una sonrisa complacida surco en su rostro al ver la escena que había frente a sus ojos, y es que, aunque todo aquello hubiese sido producto de su enojo hacia si misma, aquella escena la mantenía satisfecha, ver el caos causado por ella misma le satisfacía.
Después de haber encontrado un grupo de cuatro hombres tomando cerca del bosque los había asesinado sin piedad y había tomado todo el alcohol que encontró, las botellas vacías y rotas por haberlas usado como armas se hallaban en el suelo.
Y es que, en su necesidad por descargar su enojo y su locura, había hecho que algunos de los que parecían más fuertes se enfrentasen a ella, incluso les había dado armas para hacer más justa la pelea y sentir que realmente valiera la pena, pero de todos modos ella siempre ganaría.
