𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄

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    𝐄𝐋 sonido de la tormenta que se avecinaba era lo único que la chica escuchaba dentro de su habitación. Era una noche fría y solitaria, ya que ni Melissa ni Scott se encontraban en casa, en parte era algo que agradecía pues ya tenía hambre y quería salir a alimentarse, y teniendo a un hombre lobo cerca que la descubriera saliendo a altas horas de la noche no era su actividad favorita.

Para su suerte Scott volvería muy tarde; ya que estaría con sus amigos en la escriba de último año ―o lo que sea―, se suponía que ella debería estar allí también pero realmente no le interesaba ir para solo escribir sus iniciales en un estante, Melissa por su parte se encontraba trabajando, aunque no sabía a qué hora volvería y realmente no quería que llegara y la encontrara en condiciones un tanto incomodas.

Camino hacia su bolso y guardo unas prendas de ropa en él, no sabía cuándo podría necesitar un cambio de ropa.

Una vez lista tomo una de sus armas y la puso en la parte trasera de su cintura, aunque realmente no necesitaba un arma puesto que fácilmente podía acabar con cualquier persona, llevaba una ―o más bien, más de una― por si las dudas.

Se encamino hacia las escaleras, ahora que ni Scott ni Melissa se encontraban en casa podría salir por la puerta principal como una persona normal.

A mitad de las escaleras sintió el olor de otra presencia, pero antes de hacer cualquier otro movimiento escuchó la puerta abrirse y la voz de Mamá McCall se escuchó por la casa:

― ¿Scott? Ya llegué. Pero debo irme de nuevo. ¡El hospital pidió que fuéramos todos! ―la mujer se acerco a la secadora y saco un poco de ropa― ¡La cena está en el refrigerador! ―Melissa, aun sin percatarse de la presencia de la chica se acerco al refrigerador y volvió a gritar: ― ¡No hay nada en el refrigerador, así que te dejare dinero para ti y Mady! ―la chica observo como su tía tomaba su cartera y buscaba algo de dinero, sin embargo, no encontró nada― ¡No tengo dinero, compra algo y luego te lo pago!

Madelaine termino de bajar los escalones lentamente, anunciando a la mujer que se encontraba allí.

― Scott ni siquiera esta aquí, todos están en la escuela ―le aclaro a la mujer, quien solo asintió con la cabeza al ver la nota que se encontraba pegada en el refrigerador, aunque miro de nuevo intrigada a la chica al verla alistada y con una mochila.

― ¿Y tú a dónde vas? Creí que habías decidido no ir a la escuela, se avecina una tormenta y es muy peligroso que andes sola por la noche ―sin duda Melissa no tenia ni idea de que el propio peligro habitaba en su propia casa, y que era justamente la persona que tenia de frente.

𝐋𝐈𝐄𝐒 | Teen Wolf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora