Tic tac.

Socorro.

Todo esto es más suicida que saltar del décimo piso sabiendo que no puedes volar. Es como cuando tienes una pesadilla pero se siente tan real. Como cuando el niño pequeño llora por horas al ver que mamá no regresará. Dime como hizo tu amor para morir así; como pudo él lanzarse al vacío sabiendo que jamás lo volverían a querer, dímelo ahora,  que ya no sé qué hacer. No se escribir en metáforas y odio hacer de mi vida una comedia romántica, he intentado crearte cientos de frases de amor y siempre acabo en la desilusión y, si tú, de casualidad, conoces el número de algún psiquiatra házmelo saber, porque esto que siento me ha llevado a la locura, me tiene al borde del precipicio, y no sabes el vértigo que me da siquiera pensar en saltar. Llama a mamá, dile que estoy mal, que cuando ella se dé cuenta quizá ya yo no la necesite, dile que nos vamos a París, que tú también me quieres, cuéntales a los demás que estas aquí por mí. Por favor, hazlo, me estoy asfixiando con tus mentiras y solo veo una solución para todo este desamor. Suspiro, cuento hasta diez, estoy al borde del abismo y no me detendré. Salte. Socorro, estoy cayendo al vacío de tu amor.