17. Pasando una noche difícil

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Un rato después al llegar al veterinario, lo primero que el doctor hizo fue tratar de buscar la toalla que Delores se había tragado de manera superficial, cosa que no logró, por lo que procedió a tomarle la temperatura a la pequeña.

Abby: (Acariciando a Delores para calmarla) Shh todo estará bien, (suspira) ¿qué tal está?

Doctor: (Mirando el termómetro) Bueno, su temperatura se elevó un poco, tiene 39.5, así que sí se comió algo sin duda habrá causado ésta fiebre, ¿hace cuánto pasó?

Abby: De hecho, no hace tanto, salí un momento y cuando llegué había hecho todo un desastre en la casa, y creo que fue ahí cuando se comió la toalla

Doctor: Entiendo (la acaricia) Eres tan linda

Delores: (Los mira casi llorando y muy aletargada) Mm

Doctor: Bueno, lo mejor es hospitalizarla hoy, empezar con algunos medicamentos a ver si pasa solo, pero si eso no ocurre tendremos que abrirla

Abby: S-si Delores necesita cirugía, sería el más grande miedo de mi compañera, y mío, se supone que debo cuidarla

Doctor: Tranquila, haremos lo que sea mejor

Abby: (Suspira y carga a Delores) ven aquí chiquita

Delores: (Mira a Abby)

Abby: (La acaricia) ¿Cómo te pudo pasar esto?, eres una buena nena

Delores: ¿E-enserio?

Abby: Claro que sí, amiguita, todo estará bien, te lo prometo (le quita el collar a Delores y la besa en la frente)

Doctor: (Carga a Delores) Hablaremos más tarde ¿le parece?

Abby: Sí, nos vemos

Después de eso, Abby salió del consultorio con el collar de Delores en sus manos y volteó a ver cómo el veterinario con un par de técnicos se llevaba a la joven poodle hasta que ya no pudo verla.

Al volver a casa, Abby dudaba si llamar a Hilary y Connor y contarles lo que pasó, ya que no quería que se pusieran nerviosos durante su trabajo.

Abby: (Haciendo un poco de té mientras mira su teléfono) Bueno, no puedo ocultarles lo que pasó, si algo llega a pasarla a la pequeña, no podré explicarles (suspira) Ok, aquí vamos

Así, Abby se decidió a marcarle a Hilary para contarle lo ocurrido, la cual por suerte trabajaba a esa hora de la noche en los refugios.

Hilary: (Por la llamada) Hola amiga ¿qué onda?

Abby: Hola amiga, ¿cómo está todo por allá?

Hilary: Muy bien, el trabajo va movido, pero al menos hacemos lo que nos gusta, me sorprende que estés despierta a ésta hora jeje

Abby: Jeje bueno, sí de hecho, hay algo que necesito hablar contigo, es un poco delicado

Hilary: Ehh ok, cuéntame, amiga

En ese momento, Abby le habló a Hilary sobre todo lo que había pasado con la joven Delores, desde el episodio de ansiedad que tuvo la tarde anterior, hasta la razón por la cual ahora estaba en el veterinario.

Al principio, Hilary se asustó bastante, ya que nunca había pasado eso con su pequeña poodle, por lo que Abby trataba de calmarla.

Abby: (Un poco triste) Lo sé ami, pero las cosas a veces pasan, ella está en buenas manos, de seguro ni siquiera necesitará cirugía

Hilary: (Casi llorando) Claro, eso espero

Abby: Tú tranquila ami, que todo saldrá bien, seguimos hablando mañana

Hilary: De acuerdo, buenas noches ami (cuelga)

Abby: (Suspira triste y apaga su teléfono)

Un rato después, Abby tomaba su te mientras miraba por la ventana pensando en la pequeña poodle, le había dicho a su amiga Hilary que ella estaría bien solo para mantenerla tranquila, pero en el fondo no sabía lo que podría pasar.

Abby solo se acostó, tratando de permanecer igualmente tranquila, hasta que se quedó dormida escuchando música cristiana.

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Continuará................................

El Diario de DeloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora