El Diario de Delores

29. Buscando a una joven poodle

Un día más tarde, el pequeño grupo de perritos en la escuela e obediencia, que diga cárcel, ya no era tan pequeño, ya que se hacía más grande con cada minuto.

Delores: (Revisa las bolsas de comida y ve que ya están vacías) Bueno, ya no queda nada

Luna: (Suspira) ¿qué hacemos ahora?

Barney: Pues intentar salir de aquí, ¿cierto?

Delores: (Mirando la puerta) Mm está muy cerrada, no creo que pueda abrirse (escucha a alguien acercándose) pero....

Luna: (Se asusta) Ay no, ya vienen (se esconde con Dreamer debajo de unas cajas)

En ese momento, los secuaces del alcalde Ruben y Butch abren la puerta y la cierran rápidamente, no sin antes dejar dentro a otro perro al que habían atrapado igualmente.

Delores: (Se acerca) ¿Hola?

???: (Se levanta algo mareado) Ahg, ¿dónde estoy?

Delores: ¿Rocket?

Rocket: ¿Delores?

Delores: (Corre hacia él felizmente) ¡Rocket, amigo! Cuanto tiempo

Rocket: Lo mismo digo, (la mira) Mírate, cómo has crecido jeje

Barney: ¿Quién es tu amigo?

Delores: Ouh cierto jeje, Barney, él es Rocket, Rocket, y él es Barney, conózcanse

Barney: (Lo mira) Hola Rocket

Rocket: Hola grandulón, y bien ¿qué es esto?

DeloreS: Pues... (interrumpida)

Barney: Estamos en una escuela de obediencia, y de las mejores

Delores: (Se aclara la garganta) De hecho, ya no es una escuela de obediencia, y por lo que acabo de ver, sí es obra del nuevo alcalde

Luna: (Se acerca) ¿Humdinguer?

Delores: Exacto, esos dos hombres que trajeron a Rocket aquí los he visto antes, eran los que prohibían los perros en la presentación

Rocket: ¿Crees que también hayan prohibido los perros en la ciudad?

Delores: Es muy posible

Luna: Pero... ¿qué rayos harán con nosotros aquí?, digo no es que nos vayan a mantener por siempre, ya se acabaron las provisiones y apenas nos queda algo para beber

Delores: (Suspira triste) No lo sé chicos, lo único que sé es que no nos podemos quedar aquí, y mucho menos dejar que esos estúpidos sigan atrapando a perritos inocentes de la ciudad, (se acuesta dentro de una de las cajitas) encontraré una manera de escapar, lo prometo

Barney: (La mira un poco triste y se va a una casita también)

Rocket: (Se va a una casita igualmente)

Fuera de la trama de los perritos en la cárcel canina, ya de noche, ya muchas personas estaban muy preocupadas por sus perritos desaparecidos, incluyendo cierta pareja que había regresado solo para recibir la peor notica de su vida.

Connor: (Sale de una pequeña tienda muy triste) Gracias por tu tiempo, Carmen

Carmen: No se preocupe, espero que la pueda encontrar pronto, buenas noches

Connor: Buenas noches (camina por las calles hasta que se encuentra con Hilary) Amor, ¿Encontraste algo?

Hilary: (Muy triste) N-no mi amor, la he estado buscando por todas partes, Abby también, al igual que mis compañeros del refugio (empieza a llorar) No puedo creer que se haya perdido mi pequeña

Connor: (La abraza) No llores mi amor, la encontraremos, ya verás

Hilary: ¿Y-y si no lo hacemos?, ¿y s-si mi pequeña, a la que c-cuidé desde que era s-solo una bebita, se p-perdió para s-siempre?

La joven Hilary en ese momento estaba muy sumergida en una gran tristeza que hasta la voz se le cortaba al hablar, cosa que le rompía el corazón a Connor y lo único que podía hacer era tratar de calmar a su esposa.

Connor: Tranquila, eso no pasará, la encontraremos ¿de acuerdo?, tú regresa a casa y llama a nuestros vecinos para ver si alguien la vio, yo seguiré buscando por aquí

Hilary: (Se seca las lágrimas) D-de acuerdo (le da un beso) Buena suerte, amor

Connor: Lo mismo digo

Después de eso, Hilary regresó a casa con Abby para luego llamar a algunos vecinos preguntando por la pequeña Delores, pero por desgracia no tuvo éxito, lo que empezaba a asustarla y entristecerla aún más.

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Continuará.................................