Arrepentimientos

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"Aunque desearía que nunca nos hubieramos desmoronado, eso nos hizo quienes somos y al menos dejamos una marca"

The butterfly effect.

Al entrar al apartamento de nuevo la embargo el asombro, aunque trataba de que no se le notara demasiado. No podía culparse, el apartamento que compartía con Ymir y Sasha no era una cosa diminuta, pero les costaba cada centavo y sabían sacar provecho de cada pequeño espacio. El apartamento de Levi era muy elegante, predominaba el color blanco, negro y algo de gris. Ya se había imaginado lo sobrio que seria todo y sobre todo lo impecable que todo luciría. Levi tenía a alguien que se encargaba del aseo, había sido muy meticuloso en escoger a alguien que pudiera cumplir con sus exigencias, aun así le había contado cómo en más de una ocasión le era necesario limpiar de nuevo algunas zonas. Lo imagino en las tareas y esto le hacía querer reír

-Puedes dejar tus zapatos y bolsas allí- Levi le enseñaba el armario junto a la entrada y le dio unas pantuflas realmente cálidas y cómodas.

Al adentrarse más en el lugar, noto una pequeña cabecita detrás de una esquina. Eran dos grandes ojos, Azumi la veía agazapada desde la esquina, como alerta, pero no sabía si estaba lista para correr con cualquier brusco movimiento o lista para saltarle encima si se atrevía a acercarse de más. Mikasa no pudo evitar agacharse también, tratando así de no verse tan intimidante.

-Vaya, has crecido bastante, desde aquel día solo te he visto en fotografías. Eres hermosa- aquello dicho en voz muy dulce.

Levi se encontraba observándola. Era muy interesante ver a esa mujer que en principio fue tan fría con él, que aún podía llegar a serlo, justo ahora verla ser tan dócil y adoptar casi una postura infantil solo para tratar de acercarse a esa gatita presumida. Ahora que las veía una frente a la otra, se implantaba más en él aquel pensamiento de que eran muy parecidas. Mientras se dirigía a la cocina. Hacía frío y era muy tarde, prepararía té y algo suave de acompañamiento.

La gatita de color negro, la observo un poco más y se alejó, yendo hacia alguna de las habitaciones. Todo sin despegarle los ojos de encima a la azabache. Mikasa no pudo evitar su expresión triste, algo herida porque aunque era tonto que admitiera que deseaba que aun la reconociera después de tanto, esperaba que al menos no le rehuyera de manera tan brusca.

-No es muy común para ella ver que alguien más llegue conmigo.

Levi le habló mientras ya se encontraba despojado de su saco y corbata formal. Mikasa no pudo terminar de pensar en aquella información. El mayor ya tenía las mangas de su camisa recogidas y le hablaba mientras le indicaba que podía pasar a la sala y esperar allí mientras él tenía en mente preparar algo en la cocina.

-Puedo ayudar, ¿que necesitas que haga?

Mikasa no tenía deseos de quedarse allí sentada sin hacer nada. Podrían seguir hablando

-No es necesario, solo necesito agua caliente. Tú solo descansa en la sala.

-No llegue de correr una maratón, puedo ayudarte. También tú estás cansado- Y allí estaba la chiquilla voluntariosa, aquella mujer preocupada y amable.

-Me extrañaba que no me llevaras la contraria hoy- No era su tono de cansancio, parecía divertido- justo en la repisa detrás de ti, puedes tomar dos sobre del té.

Detrás de ella, en la repisa se encontraba un recipiente muy bonito, de color gris. Earl Grey Flowers y un poco más abajo, con una letra menos elegante decía Barton.

Sin el gran abrigo y el saco. Solo su camisa blanca remangada, sin corbata. Aun con parte de su vestimenta habitual, al verlo sentado allí, con la taza en sus manos, en aquel lugar que era suyo, se veía tan relajado. Parecía él y al mismo tiempo no. Mikasa fue atrapada mientras no dejaba de mirarlo y él se dedicó a mirarla también. En silencio se miraron. No había nada más allá de solo observarse, había silencio y una maravillosa vista. La vista del café no se comparaba a esta extraordinaria vista panorámica de gran parte de la ciudad. Se observaban pequeñas luces brillantes, prueba de la vida ajetreada en una gran ciudad como aquella.  Mikasa no debió decir que tan extraordinaria le parecía la vista. Levi lo entendió al verla, sus ojos tratando de captar todo, recorriendo cada lugar como tratando de ver cada detalle. Las luces brillantes se reflejaban en sus ojos y parecía que en aquellos ojos negros había miles de estrellas.

Simplemente, un gato bajo la lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora