Cafe con Aroma a Recuerdos

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Muchas veces sentimos que la vida nos tiene preparadas grandes cosas y que sin importar cuán agobiados, cansados o solos siempre en algún momento todo cambiará. Porque en algún instante, ya sea, cuando coges el bus equivocado que te llevará al lugar correcto o cuando doblas la esquina con afán porque vas tarde a un  encuentro importante en realidad chocas con la persona correcta. Sin importar que planes tengas ya para tu vida, las cosas planeadas milimétricamente como: Conseguir un empleo, mudarte a un departamento que puedas pagar, ir a la universidad y no méterte en amoríos hasta que tengas una estabilidad. Esos eran mas o menos los planes de una hermosa chica pelinegra.

Una joven se encontraba en un discreto café en el centro de la ciudad.Esto era bastante que decir para el ajetreado ritmo de la ciudad. Mientras esperaba que el chico que tomó su orden  volviera con su capuchino, veía a la gente correr tratando de huir de la lluvia que hace poco había empezado y ahora se volvía aún más fuerte, el joven trajo su orden y al entregarle el café sonrió tímidamente y le pregunto Si se le ofrecía algo más, tras recibir un No como respuesta el muchacho se alejó. El aroma y la calidez de la bebida la hacían sentirse muy bien. Degustaba el café mientras veía las gotas de lluvia golpear el cristal de la ventana junto a la que estaba sentada; un buen café en una hermosa tarde lluviosa, siempre fueron unas de las cosas más apremiantes y relajantes para ella. Recordó la última vez que se sintió tan plena y lo primero que vino a su mente fue la última vez que se encontró en ese mismo café, justamente en esa misma mesa al pie del gran ventanal de cristal durante una tarde soleada en compañía de un hombre mucho mayor que ella dueño de los ojos más inquietantes y atrayentes que haya visto jamás, esos mismos que después de la primera vez que los vio se colarón en sus sueños y pensamientos diarios en más de una ocasión.
Recordó esa tarde soleada en la que quedaron de encontrarse para hablar de algo importante, ella sabía muy bien de que se trataba. Llego esa tarde al café y lo vio ahi sentado, en la mesa en que en varias oportunidades se  reunieron; dejando allí el hastío y responsabilidades del día a día fuera de ese ventanal, ese mismo cafe en el que se hicierón confidencias de su vida personal; compartieron gustos junto con ideales e incluso problemas y aquellos sueños que no vieron realizados. Se reunieron en ese café durante más o menos 2 años. Después de reunirse para platicar y de alguna forma liberar el estrés que sus vidas cotidianas les hacia sentir, sin planearlo, seis meses después de haberse conocido se reunierón en el departamento de él y allí en medio de una tarde lluviosa cruzarón la delgada línea que sin aceptarlo, o al menos no en voz alta, desearon cruzar desde que se conocierón. Entendierón que en el otro podrían encontrar algo más de lo que ellos mismos tenían planeado y que durante mucho tiempo buscarón.
Todo aquello vino a su mente mientras tomaba su bebida, y una vez más recordó la última ocasion en que se reunieron; esa tarde soleada en la que decidieron separarse, darle fin a los encuentros que tenían y que cada vez eran más frecuentes buscando sólo perderse en la voz y en los brazos del otro. Decidieron ponerle fin a todo antes de que los sentimientos aún más comprometedores que empezaban a nacer amenazaran aún mas  la rutina de cada uno, de ese modo; sin más, esa tarde fue la  última vez que lo vió.

El chico de la cafetería la saco de sus recuerdos cuando puso ante ella un pequeño postre de fresas, Mikasa al no comprender le dedico una mirada llena de desconcierto, el joven le sonrió y le dijo que no se preocupara ya que él llevaba un buen tiempo trabajando allí y la había visto varias veces  pidiendo sólo un capuchino, así que quería de algún modo quería agradecerle la fidelidad a la cafetería y a su muy delicioso capuchino, así que el postre era invitación de la casa. La chica le dedico una sonrisa de agradecimiento, y aunque al principio el  chico se opuso, también le dio una muy buena propina y le pidió que la llamará por su nombre. Al final el joven le agradeció y también  le pidió que lo llamará por el suyo. Armin, el joven de mirada tierna y sonrisa agradable se llamaba Armin. Mikasa llevo un bocado del postre a su boca y pensó que ese chico podría ser tan dulce persona y agradable como lo era su comida. Dejo escapar una risita y un suspiro mientras una vez más se hundía en sus recuerdos, más exactamente, el día en que lo conoció a él; la persona que en su vida marco un antes y un después. Tomo el café entre sus manos y susurro su nombre antes de llevarselo a los labios, Levi...

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Hey!! Espero que les haya gustado el primer capítulo; jejeje este será uno de los más largos (eso tengo planeado 😅)

Esta idea me surgió después de escuchar una hermosa canción, estoy segura que más adelante sabrán cuál. Esta es mi primera vez compartiendo un fic de mi autoría (disculpen si hay errores ortográficos o de redacción, espero mejorar con el tiempo), porfis déjenme sus conentarios con saluditos o consejos ya que todo eso me hará muy feliz 🙂😊.
Sin más hasta la próxima 😀, que espero sea pronto 😉

Simplemente, un gato bajo la lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora