GAINING FREEDOM

Capítulo 6: The start of the fall of the greater good

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Remus fue el primero en levantarse después del día en Diagon en el que habían permanecido en el Londres Mundano durante varias horas y habían disfrutado de una extravagante cena en algún restaurante de alta gama que los Malfoy habían elegido y del que no recordaba el nombre. Después de cambiarse de su ropa de dormir, pantalones de salón y una suave camisa de cuello en V, a unos suaves vaqueros y una camiseta en la que se leía "No puedes echarme a los lobos, ellos vienen cuando los llamo" con una cara parcial de lobo que Nic había elegido para él mientras se reía hasta tener que agarrarse el estómago. A Remus le encantaba en secreto la camiseta aunque había actuado como si fuera el peor juego de palabras posible cuando Nic se la había regalado. Entrando en el comedor en calcetines, con el pelo aún revuelto por el sueño y con una seria necesidad de café para ponerse en marcha. Sentado en su asiento habitual en la mesa, atrajo un plato hacia él y comenzó a cargarlo con su desayuno favorito, pesado en las proteínas pero ligero en todo lo demás, y llenó una de las tazas de café de gran tamaño que habían conseguido ayer, de nuevo una broma de Nic que en realidad disfrutaba en secreto la taza mostraba las fases de la luna a su alrededor, la que Nic había conseguido para Severus mostraba diferentes líneas de nivel que leían SHHHH.../Casi.../Ahora puedes hablar... de arriba a abajo en el punto lleno, a la mitad y vacío de la taza. Severus esbozó una sonrisa de satisfacción al ver la elegida para él e inmediatamente la llenó de café antes de dirigirse a su laboratorio de pociones que estaba instalado en el sótano. Ahora estaba sentado entre las otras tazas divertidas en la mesa, así que Severus en algún momento se había acostado de verdad anoche. Remus miró a la lechuza con su periódico matutino llegado y pagó el knut que requería antes de desenrollarlo para comenzar a leer con su desayuno pero terminó rociando su café cuando leyó el primer titular.

-Bonito Remy...- Sirius puso los ojos en blanco y limpió el periódico con un movimiento de su varita para que todos pudieran leer lo que había provocado tal reacción en su compañero. Sirius llevaba puesta la camiseta que Nic había elegido para él y en la que se leía "No podrías conmigo ni aunque viniera con instrucciones". Nic no había querido jugar con los juegos de palabras Sirius/Serious que siempre se le ocurrían así que encontró algo igual de apropiado para el hombre. -Ahora, qué es lo que te hace reaccionar así. No creo que James y yo te hayamos sacado un escupitajo con algo que hayamos hecho en el colegio-.

-Te lo haré saber cuando lleguen todos-. Afirmó Remus después de recuperarse de la tos provocada por la toma de saliva como la llamó Sirius.

-De acuerdo-. Sirius se encogió de hombros antes de coger su propia taza, en la que se leía "Por supuesto que hablo solo, a veces necesito el consejo de un experto", y llenar un plato con su propio desayuno contento de no estar ya a la dieta de alimentos blandos que tenía cuando escapó de Azkaban y no estar en forma de perro.

-Buenos días Remy, Buenos días Siri-. Nic habló en voz baja mientras entraba peinándose el pelo de la cara y asegurándolo en un moño de hombre. En su camiseta se leía "Sarcasmo la capacidad de insultar a los idiotas sin que se den cuenta". Mientras que sus pantalones eran de un rojo oscuro, casi rojo sangre, de piel de dragón que Draco había elegido para él el día anterior y al igual que Remus sólo llevaba calcetines. Alcanzó la taza que Draco había elegido para él cuando se enteró de lo que Nic estaba haciendo que decía "café porque ser adulto es difícil" se había reído sabiendo que Draco sabía lo mucho que Nic dependía del café en lugar del té que muchos de sus compañeros bebían. Nic había ido a la cocina de Hogwarts para pedir que sirvieran café junto a su lugar para poder funcionar durante los días en que había notado que Severus definitivamente no tomaba té una mañana. Su comida consistía principalmente en más frutas de Japón y China y un poco de proteína, había puesto tal vez un tercio de la cantidad que los otros habían tomado para llenar sus platos, aún ajustándose a poder comer de nuevo.