Momentos

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Min tardó un poco más en reaccionar al escuchar el grito de dolor de Yoongi después de aquel ataque inesperado, pero al ver de quién se trataba, su corazón nuevamente empezó a latir con felicidad. Jimin sostenía una espada en sus manos con el filo esangrado después de herir a Yoongi, su cuerpo se balanceaba de un lado a otro dejándose llevar por el peso del arma, estaba demasiado débil después de haberse quedado sin respiración por largos minutos, pero el esfuerzo había valido la pena, había salvado a Min y eso era lo único que importaba.

El emperador corrió rápidamente al ver como el cuerpo de Jimin iba cayendo poco a poco, lo tomó en sus brazos y lo cargó hasta su habitación, donde esperaría por un médico para curar a Jimin. Pasaron algunos minutos y el doctor había llegado, rápidamente atendió a Jimin mientras Min salía para mirar a Yoongi, quién aún se encontraba en el suelo al borde de la muerte.

—Hiciste mucho daño hermano. —susurró Min sujetando la cabeza de Yoongi— si tan solo no hubieras tenido esa ambición, ahora todos estaríamos juntos.

—¡¿Qué le hiciste?! —gritó una voz tras Min— ¡Pagarás por esto!

—¡Basta! —exclamó la voz inestable de Yoongi—. Min no hizo nada malo, aquí el único culpable todo soy yo.

—¿De qué estás hablando Yoongi? —preguntó Jin sosteniendo un arco que apuntaba a la cabeza de Min.

—La persona que te ayudó cuando estabas muriendo ahogado en aquel río hace diez años, no era yo. —confesó Yoongi recordando la vez que supuestamente había conocido a Jin— fue mi hermano, yo salí corriendo atemorizado.

—¿Nos mentiste todo este tiempo? —cuestionó Jungkook llegando al lugar con el emperador del norte.

Yoongi empezó a contar todas las cosas que Min había hecho por ellos y por muchas personas más, lo bien que se había portado con todos y la mucha envidia que le tenía por haberlo tenido todo; una madre, amigos, un reino y el amor de alguien, todo lo que Yoongi había deseado tener. También les contó que Min en realidad era su hermano gemelo y que por esa razón siempre salía a la calle con su rostro cubierto, para evitar que lo confundieran con su hermano.

—Les pido perdón por haberlos hecho odiar a una persona tan maravilloso —sollozó mirando fijamente a Min—, pero crecí solo, deseándolo todo, deseando más de lo que me merecía. Hermano... Perdón.

Yoongi cerró sus ojos lentamente recordando todo lo sucedido en su vida, todos los momentos buenos y malos, las risas, las lágrimas y muchas cosas más, para luego dar un largo suspiro y morir en los brazos del hermano amado que tanto había odiado, ahora eran dos reinos unidos por un lazo de sangre. Después de todo, el tiempo se encarga de darle la razón a quien le corresponde.


Gran final, la próxima semana.

Reinos Unidos. 𝕷𝖔𝖘 𝖌𝖊𝖒𝖊𝖑𝖔𝖘 𝕸𝖎𝖓 𝖄𝖔𝖔𝖓𝖌𝖎. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora