Un momento entre Peter y yo

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Habíamos ido a la casa de una amiga para una fiesta improvisada, en su casa había una alberca llena de agua helada a la que ya era costumbre que entre nosotros mismos nos aventamos a ella, hubo un buen momento en el que tres de mis compañeros me cargaron y me aventaron al agua, después de mi siguió él, solamente pude contemplar como también a él lo cargaban y lo aventaban, aunque también hubiera querido grabarlo como él a mí pero no pude.

En fin, una vez que ambos estábamos completamente empapados en esa agua helada estábamos jugando a la orilla de la alberca y a mí se me hizo fácil y divertida la idea de empujarlo hacia el agua, pero no lo logré, él se resistió y lo único que escuché fue una enorme carcajada de Peter haciendo que yo también me riera y me sintiera feliz, un rato después de eso volvíamos a estar cerca de la orilla y volví empujarlo pero él de nuevo se resistió soltando una risotada, haciendo que yo me riera de nuevo por lo que me sentía muy feliz con la situación. 

Pero el momento en el que yo más maravillosa me sentí fue cuando esta vez él tomó la iniciativa, Peter hizo exactamente lo mismo que yo, de nuevo estábamos en la orilla de la alberca y ahora quien ponía sus manos en mi espalda riendo e intentando empujarme era él, pensé que él si lograría empujarme y yo caería, pero yo también logré resistirme y no caí.

Y justo en ese momento que viví el hecho de que él me estuviera empujando hacia alberca, riendo con gusto y yo también... me hizo sentirme muy alegre, tanto, que en ese mismo momento reflexioné en que acababa de vivir un sueño. Siempre había imaginado esa misma escena en mi futuro, estando yo y el hombre al amo jugando cerca de una alberca, riéndonos y divirtiéndonos, tenido una experiencia hermosa, alegre y muy feliz, una experiencia en la que aunque había contacto físico no era exactamente romántico sino simplemente feliz.

Ese sueño del futuro que yo tenía de estar jugando de esa forma con el hombre al que yo quería... en ese momento acababa de cumplirse, estábamos Peter y yo a la orilla de una alberca, jugando divertidamente a empujarnos para caer aunque ninguno lo lograba, riendo y sintiéndonos muy felices. Creo que ese recuerdo de mí y de Peter jugando de esa forma... de él también intentando empujarme a la alberca y siendo felices... es el recuerdo más hermoso que tengo con él, porque en verdad cuando lo viví, sentí que había cumplido un sueño.

Y ahora con la pérdida de nuestra amistad, ese sueño sólo había quedado en un recuerdo que no volvería a repetirse, un recuerdo que ya no tenía valor porque había sido con una persona que yo ya no consideraba mi amigo, y probablemente él tampoco ya no me consideraba su amiga.

Y es que... a pesar de que tenerlo lejos me hacía bien, porque hacía que lo sacara de la mente y de mi corazón, también me hacía extrañarlo mucho como amigo, aunque ese recuerdo que yo considero el más hermoso que he tenido con Peter, realmente no consideró que fuera un recuerdo con un amigo, sino con el hombre al que yo quiero, porque mi sueño era ese... Amor. Jugar a aventarnos a la alberca yo y el hombre al que quiero y justamente eso sucedió, yo, y Peter (el hombre de que quiero) estábamos jugando de la misma forma que siempre había soñado.

Entonces no entendí si había hecho lo correcto o no, porque realmente lo extrañaba, pero a pesar de eso yo seguía firme en el hecho de que no volveríamos a ser amigos. 

Muchas veces, yo ridículamente me imaginé que él vendría a buscarme pidiéndome una explicación del hecho de que yo ya no le hablaba, y en todas esas veces que me imaginaba eso, siempre en mis pensamientos mantenía una postura firme, decía palabras duras pero no ofensivas, aunque sí directas, claras, mostrándome realmente fuerte ante él.

Pero como dicen y como claramente es: La realidad supera la ficción. Si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes. Nunca nada sale igual a como lo planeas.

El Diario de Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora