Un amigo especial

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En esta ocasión Gwen había estado tan alejada de Peter por la pandemia global que se había acercado a otro amigo de ella, un amigo especial: Sean. Él era diferente a los demás y por ese le tenía mucha confianza, le contaba de sus problemas y aunque él la ayudaba no a resolverlos si la ayudaba a manejarlos, y en esta ocasión Peter no fue parte de sus pensamientos, ni de sus palabras. 

Obviamente Peter no había salido de su corazón, pero en esta ocasión no acaparó la mente de la chica, y eso era bueno, porque al menos podía pensar en otra cosa que no fuera él.

—Las niñas se burlan de mí porque no he besado a nadie, y los niños me golpean porque no he besado a nadie.

Dijo Sean mirando hacia el frente

—Podría decirte que te comprendo de cierto modo y al mismo tiempo no saber por lo que estás pasando. Porque cuando yo tenía tu edad ya había besado a alguien, y también ya había tenido novio, de hecho en ese entonces salía con el que fue mi segundo novio, una adorable persona.

Confesó Gwen sonriendo al recordar a Eddie

 —Pero dos años atrás pasaba por lo mismo, la secundaria... mientras la vivía me parecía buena, sentía que cada año que pasaba era mejor al anterior, pero eso era porque no conocía nada mejor. Y es que también sufrí esas burlas (indirecta y directamente), y como dices, sobre todo de las mujeres, ellas eran quienes hablaban a misma espaldas, incluso una de las que hablaba a mis espaldas era la que consideraba mi mejor amiga, pero no me sorprendería saber que ella era la que peor hablaba de mí, eso tendría mucho sentido, y la verdad es que ahora ya no me importa.

Dijo al final con un descaro e indiferencia divertida, pero así era mejor, dejar de tener interés en personas vacías es lo mejor que podemos hacer

—También recibía burlas directas de los hombres, no era tan comunes y hasta eso que eran más sutiles que las mujeres, pero había veces que no.

Recordó con ironía y amargura

—A veces era como si escupieran ese veneno en mi cara y yo no podía hacer nada más que bajar la cabeza y aceptar que se burlaran de mí. Tal vez no comprenda al 100% tú problema pero créeme que comprendo muy bien lo que es ser marginada, lo que es ser atacada por quienes se creen mejores que tú y te ven vulnerable... ¡Y te hacen sentir vulnerable!

Recalcó la rubia con cierto enojo

—Nunca he sentido un golpe como los que dijiste que si te dieron a ti y la verdad es que estoy agradecida por ello, pero... en esa época me tocó ver a alguien a quien si golpeaban solo porque lo veían inferior, cuando lo golpeaban él se mostraba indiferente, como si no le hubiera dolido el golpe, o como si no le hubieran hecho nada, también debo aclarar que eran golpes de niños idiotas, de niños fresitas que probablemente apenas aprendían a usar las manos. 

Se burló

—Pero... un golpe es un golpe, y a veces aunque se la mano de alguien muy fuerte o muy débil... llega a doler, y más cuando te lo dan por simple y estúpida diversión.

—¿Él era diferente?

Preguntó Sean pensando en ese compañero de Gwen que también era golpeado

—Sí, lo era, no era como los demás, era realmente diferente a los demás, él era muy bajito, muy pálido, y muy delgado, no era muy listo para las materias y... tampoco era muy bueno para relacionarse con los demás... Ah no sé si deba decirlo pero... tampoco era muy atractivo, era...

El Diario de Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora