Capítulo Vigésimo primero: Ae Intouch.

422 64 14
                                    


Jueves, tres de la mañana. Siento como Pete se mueve y vuelve a moverse. No hemos podido tener sesiones de sexo debido a su espalda. Me obligo a abrir los ojos, sé que no puedo hacer nada al respecto, pero tampoco quiero dejarlo sufriendo con todo, solo.

—¿Quieres que traiga la bolsa con agua? —le pregunto. Niega, está fastidiado—. ¿Quieres que trate de hacerte un masaje? —Lo piensa un momento, pero finalmente niega.

Me termino sentando y paso uno de mis brazos por debajo de su cuello, luego lo empujo hasta que su cabeza queda sobre mi pecho. Beso su frente. Me siento impotente al no poder hacer nada por aliviar su dolor aunque sea un poco.

—No quiero ser malo —dice con voz cansada—. Pero espero de verdad que estos últimos dos meses avancen rápido... Mamá me mintió, no se puede disfrutar mucho de esto.

—Ya verás que pasan antes de que nos demos cuenta. Hoy no he parado de imaginarme con nuestra hija en brazos, arropándola, cantándole... —Sonrío. Creo que seré un padre muy baboso por su hija.

—No hace falta que te quedes despierto, duérmete... en algún momento estaré tan cansado que el dolor pasara a segundo plano —Me anima a que cierre los ojos, pero niego.

—No, si tú no puedes dormir yo tampoco. Es un trato justo ¿No crees? —Lo piensa y termina aceptado que es verdad.

Nos quedamos así, callados por unos momentos, pero mis ojos pesan y no quiero dormirme.

—Creo que así no podré sacarte a mi próxima cita, pero ya tengo todo arreglado, si no podernos ir a una cita, la cita vendrá a nosotros —Digo, no quería decir nada ¿Y si adivinaba lo que estaba planeando? Bueno, tampoco era como si estuviese planeando algo súper original, de hecho, era bastante común, pero creo que Pete es de cosas sencillas y no extravagantes como su madre—. Coméntame algo, Pete ¿Qué has hecho durante el día?

—Hoy vino Ping —Espero no le haya dicho nada sobre mi hermano. Tin últimamente ha estado tratado de averiguar dónde estamos viviendo exactamente—. Anda deprimido... —Arrugo la frente ¿Deprimido?

—¿Por qué? ¿Ha sido rechazado por una mujer? —Me río.

—Algo así, él dijo que todos tenemos a alguien, es decir... dice que Pond ha estado saliendo con una chica. Y que Can anda raro —noto como no menciona a Tin, lo que quiere decir que Ping no le ha contado nada—. Se trata de Bow. Dice que siente cosas por ella, de hecho, es su novia. Pero ella está muy centrada en sus estudios y cree que no lo quiere de esa manera.

Me remuevo un poco, estiro mi mano libre y la poso sobre la panza de Pete. Aim está moviéndose, expectante por el chisme que acaba de soltar su madre. Sonrío. Puedo bromear con esto.

—¿Has escuchado, Aim? Por favor, no seas tan cotilla como tu mamá.

Error de mi parte. Pete, bueno, su puño es diez mil veces más fuerte que el mío. De hecho, ya empiezo a sentir el chichón nacer en mi frente.

—¡Auch! Eso dolió. —Me quejo.

—No soy cotilla.

—Lo eres. Yo opino que Ping debería de decírselo antes que suponer.

Pete me mira de reojo y se sonroja.

—Lo mismo le dije yo. Ae ¿Has estado alguna vez con una chica?

Me atraganto con saliva ¿De dónde ha salido este cambio de tema? Me sonrojo.

—No.

—Yo sí. El médico acababa de decirme que tener los órganos dispuestos para concebir no sellaba mi condición sexual. Entonces di por sentado que las mujeres eran lo mío, pero... —vi como su cuello empezó a ponerse rojo y el color fue subiendo, tapando toda su cara—. No hubo forma, no se levantó...

No quería pero ¿Cómo suprimes una risa en momentos así? No puedes, por lo que me gano otro chichón en mi cabeza. Sin embargo, me doy cuenta que el haber empezado a hablar lo ha relajado, y después de su último golpe sus ojos se han cerrado y su respiración se vuelve constante. Pete se ha dormido. Sonrío. Antes de dormirme beso su frente. 


Nota: Volvimos a la dosis de ternura jejeje

Noche en las Vegas [AEPETE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora