Amor

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Todos mis sueños de amor se están cumpliendo contigo.

•••

La corriente de aire le hacía sentir escalofríos. Magnus tenía la mirada fija en el mar, en el movimiento de las olas. La arena estaba caliente, el viento frio.

Eran sus primeras vacaciones como pareja, el moreno no conocía la playa hasta ese momento. Nunca nadie se la mostró.

Era lindo, era lindo saber que esto sería otro de sus sueños cumplidos junto al azabache.

Pasaron por tantas cosas buenas los últimos años que incluso se permitió olvidar el tiempo que estuvieron separados, como si eso jamás hubiera existido. Como si fuera un mal sueño del que pudo despertar. Estar con él de nuevo era como respirar... se sentía tan natural, como si las cosas siempre fueran de esa manera y eso le gustaba, siempre le había gustado. Era como aprender a andar en bicicleta o como beber un vaso de agua después de un día caluroso o como salir a la calle en un día de lluvia... era un nuevo riesgo que tomo sin siquiera pensarlo, un trago tan tentador, una sensación tan sublime... justo así, justo en ese orden.

Él no necesitaba nada más, no sentía que así fuera.

Respira hondo, dejándose llevar solo por un segundo. Disfruta del sonido de las olas, de la paz que aborda su cuerpo. Alec solo lo mira de lejos, apreciando su magnífica figura.

Paso un rato antes de decidir acercarse, antes de tomar su rostro, girar su cuerpo.

Antes de ponerse de rodillas frente a él.

- Toda mi vida me he preparado para este momento - estaba nervioso, sus manos sudaban y aún a sabiendas de su amor temía al rechazo - para estar justo frente a ti, a la luz de la luna... junto a las olas del mar. Es irónico, porque tenía un hermoso discurso preparado para esto, pero no puedo recordar ni una sola palabra -

El moreno suelta una carcajada limpia pero suave, trata de no llorar, de no arruinar lo que sea que Alexander tenga que decirle.

- Pero te hablaré con el corazón en la garganta, porque puedo decirte cuanto es que te amo, cuanto es que deseo esto para nosotros y no puedo pensar en otra forma de demostrarlo que no sea arrodillarme frente a ti y pidiéndote que pases el resto de tu vida a mi lado. Que me dejes expandir mis egoístas intenciones de conservarte, de hacerte feliz, de complacerme, de adorarte y de amarte. No puedo prometer que no habrá problemas, desacuerdos... pero puedo prometerte no irnos a la cama molestos con el otro, no lastimarte si puedo evitarlo, no dejar que te consumas en soledad porque siempre quiero estar ahí. Te amo... y siento que cada vez que te veo mi mundo se para y cuando no estás... solo pienso que si no fuera por ti... no seguiría aquí... - sus ojos estaban conectado, igual sus corazones y solo quedaba formular la tan esperada pregunta - Magnus, ¿Te casarías conmigo? -

- Si - contesta al instante - si, Alexander, si... siempre si -

En busca de tu amor - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora