Cambios

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La belleza solo sirve para marear unos ojos, pero para estremecer el alma, se necesita más que eso.

•••

Magnus suspiro sobre la piel pálida de su cuello acercandose un poco más, tratando de fundirse en él.

- Me encantas - Alec sonrió besando la suave mejilla de Magnus, luego su nariz y finalmente dejo uno corto sobre sus labios - eres tan hermoso Magnus Bane -

- A-alec - gimio levemente una vez que el pelinegro volvió a su cuello pero esta vez con un poco más de violencia. Lentamente sopló sobre la piel morena ya húmeda haciéndolo estremecer, sus labios encontraron su piel una vez más dejando marcar de extremo a extremo.

Sus dedos se deleitaban con la piel bajo su camisa y poco a poco los recuerdos de su primera noche juntos orbitaron cada una de sus memorias. Magnus bajo su cuerpo, Magnus gimiendo sin control, Magnus pidiendo más, Magnus mirándolo, tocándolo y amandolo.

Como siempre fue. Tal como debía ser.

-  Alexander - jadeo con ojos cerrados y fuertes sensaciones.

Alec toco suavemente su falo aun sobre el pantalón con el suyo, fue un simple roce pero se sintió bastante bien y Magnus quien no era la persona más pasiente del mundo se había sentido en la luna y anhelaba fuertemente que el Lightwood le hiciera el amor, y no precisamente de manera dulce como antes.

Lo quería fuerte y duro. Demasiado salvaje.

- Eres tan hermoso, cariño. Pero por un segundo - dejo escapar el aliento - Solo por un segundo me gustaría verte tal y como yo te recuerdo -

Magnus no se molesto, alzó la comisura de sus labios en una pequeña sonrisa mientras acariciaba la mejilla del mayor. Alec era encantador, tan varonil y despampanante. Era perfecto, la belleza en persona.

- De acuerdo - contesto.

Poco a poco quito cada rastro de maquillaje sobre él, sin miedo a ser rechazado de ninguna forma. Alexander siempre lo acepto tal y como era. Siempre lo quiso con todo su ser, él lo sabia y lo tenia muy presente.

Se despojo de las pulseras, los anillos, incluso los aretes y collares, sonrió frente al espejo antes de encarar a su amado. Alec perdió el aliento y sintió como su corazón dejase de latir mientras su pecho ardía por la perfecta imagen justo frente a él.

- Eres perfecto - estaba asombrado - tan hermoso, tan dulce, tan tú... - estaban más cerca a cada paso - ¿Porque? - frunció el ceño completamente extraño del cambio hacia su persona, esa apariencia tan llamativa que aunque le diera un aura bastante sexy no era del todo Magnus, y aunque no lo era le fascinaba cada parte.

- Trabaje muy duro para entrar a la universidad - entrelazaron sus dedos - habia mucho chicos con excelentes situaciones económicas en mi curso quienes siempre se burlaban de mi, día tras día - le sonrió acariciando su rostro al ver el cambio de expresión - tenía maleriales, libros, cuotas, incluso un alquiler que pagar y no tenía tiempo para preocuparme por mi forma de vestir o mi calzado. Quería la excelencia, quería ser el primero sobre todo. Pero cuando menos me di cuenta las burlas y los maltratos fueron en aumento, trabaje doble turno por meses y cuando creí tener el dinero suficiente asistí con un estilista, compre maquillaje, tuve que tomar clases sobre cuidado personal por un par de semanas. Después de eso me di cuenta que para algunas personas el como lucen o visten lo es todo, caí por completo en lo que ellos deseaban y luego solo seguí por costumbre -

- Con o sin maquillaje eres hermoso, si esto te gusta, si realmente crees en tu corazón que el maquillaje, los anillos y collares; si realmente crees que todo eso eres tú, que te hace feliz entonces te aceptaré y te apoyare en esto, pero si crees que es erróneo te ayudare, seré tu guía en lo que necesites -

- Gracias - murmurs dejándose consentir por el pelinegro quien acunaba su rostro con los dedos de una mano - esto me gusta, realmente me gusta. Tú me gustas -

En busca de tu amor - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora