El día soñado

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Te quiero para siempre, y se que es una locura, pero no quiero que mañana sea solo un recuerdo, quiero que mañana vuelvas a estar aquí.

•••

- Me pase el tiempo pensando en ti, en lo mucho que extrañaba perderme en tus hermosos ojos, en tu encantadora sonrisa. Estaba dispuesto a encontrarte para emergerme en una nueva aventura contigo como objetivo, estuve... en estos años empeñado en tu corazón... en busca de tu amor... pero tú me hiciste ver que no tenía que buscarlo más, que siempre estuvo ahí... esperándome, tratando de fundirse conmigo. No puedo más que amarte por eso, no puedo esperar para continuar mi vida junto a ti -

Todos miraban atentos a la joven pareja, sus manos estaban entrelazadas y mientras Alexander tenía un hermoso traje blanco cubriendo su cuerpo el otro vestía de negro, un negro extremadamente brillante y cautivador.

Ambos parados en el altar, entrelazando sus dedos, mirandose sin pestañear, sonriendose con la más grande sinceridad que sus corazones señalaba.

Era el día. El día más esperado por ellos y todo aquel que los acompañada.

- Me sentí solo durante toda mi infancia - era el turno de Magnus para hablar, no había pensado mucho en sus votos. Los nervios se lo comían vivo - mi madre nunca estaba para escucharme y mi padre aveces no notaba que estábamos en la misma habitación, así que, cuando me hicieron mudarme nunca creí que no estaría solo nunca más. Me sentía raro siendo el centro de atención, teniendo a una verdadera mamá que me escuchaba y aún padre que siempre me veía aunque estuviera oculto entre los sillones. Creí, en ese entonces, que lo tenia todo... hasta que tú apareciste. Hasta que me mostrarte lo que una persona debe sentir cuando se es amada, me cuidaste como nadie más quizo hacerlo y lo he agradecido desde entonces. Mi amor fue a primera vista, y luego siguió creciendo... y creciendo... hasta que ya no pude verme sin ti, hasta que ya no me imaginaba el que sería si no te tuviera. Te amo, Alexander... lo he hecho toda mi vida -

Ambos se besaron después de dar el "Si" caminaron entre la gente hasta llegar al coche qué los llevaría a la recepción.

Sabía que una vez ahí nadie dejaría de felicitarlos, por consiguiente este, era el momento que Magnus estuvo esperando desde hace semanas.

- Alec - llamo su atención con manos templorosas - hay algo... quiero darte algo -

Tomo una pequeña caja de uno de los gabinetes del auto, lo coloco sobre sus piernas sentándose justo frente a su esposo. Respiro hondo, cerro sus ojos un minuto y cuando abquirio el valor suficiente se enderezó para hablar.

- Tengo algo para ti - extiende la caja a su dirección - se que debo decírtelo hace tiempo pero no quería que te preocuparas. Realmente espero que esto te haga feliz -

El mayor tomo la caja entre sus dedos con el ceño levemente fruncido. Dio un tirón al lazo que envolvía el paquete y quito la tapa un tiempo después.

Sostuvo la prenda con mucha delicadeza, como si tuviera miedo de romperla si la sujetaba torpemente.

- ¿Es real? - cuestiona en un susurro incrédulo - Magnus... -

- Si, tengo tengo siete semanas -

El chico arrojó la caja que sostenía sin soltar la prenda para estrechar al moreno entre sus brazos. Aspiro su olor y beso cada parte de su rostro con euforia.

-Gracias - le dice - siempre encuentras algo con lo que hacerme feliz. Esto es todo lo que siempre he soñado -

Tenian que ir a la fiesta, pero todo lo que necesitaban estaba justo aquí.

Y de nuevo, este solo era el comienzo.

En busca de tu amor - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora