matrimonio arreglado~Victuuri❤️

Cap XXV

– y la otra cosa que acordamos?

– acá está mi primo. – decía mientras daba un leve toque hacia adelante al omega que se encontraba muy nervioso.

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–H-Hola?

– Bien.– decía aquel joven dando una hoja que al aorecer tenía un pequeño escrito... O más bien dirección. – ahí esta la dirección que necesitas, ahora si puedes retirarte...

– Gracias!!. – Decía el alfa emocionado y salió corriendo de aquel establecimiento.

–VIKTOR NO TE OLVIDES DE MI CHUCHA... H-Hola y... Adiós. – nervioso salió corriendo pero derrepente sintió una mano que lo sujetaba.

– No No, pequeño tu te quedaras acá... –decía el mayor con una risa siniestra...

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– P-por favor B-basta–. Decía sollozando el menor aferrado a lss sábanas.

E-eh!? Yuri mi vida... Jajajaja que lindo eres enserio. – pasaba lentamente su mano por la cara del azabache y acariciaba lentamente.

– M-me das asco...– Dijo temblando, cosa que al mayor no le gustó, tomo la cadera de este y lo penetro.

En la habitación se podía escuchar quejidos y algún tipo de forcejeo, chapoteo y choques entre dos cuerpos.

– AGHH!!! S-SUELTAME!!! – decía llorando, mientras daba patadas sin sentido o dirección alguna mientras que el mayor penetraba a este.

– shh yo se que te gusta cariño. – acariciaba su mejilla tratando de limpiar el rostro del menor por lo cual este solo podía sentir miedo, rabia y impotencia.

– A-AGHHH Y-YA P-PARA. – decía insistente con los ojos cristalinos.

–YA CALLATE MALDITA SEA!! –aventó una bofetada al menor haciendo que sus lágrimas siguieran sin Cesar, este seguía penetrandolo sin compasión alguna, pasaba su lengua por el abdomen de este de una manera tan descarada, pasó por sus pezones y los mordió como si se tratara de un dulce.... Un líquido color carmín empezó a bajar por las piernas del menor y claro... Aquellas mordidas que dejó igual tenían algunos rastros de sangre y un color tan peculiar.

– A-AHG... D-DUELE!!! – seguía gritando, pero cada vez su voz se hacía más desgarradora.

aquel forcejeo empezó a disminuir haciendo que el menor se rindiera ya, con el corazón hecho pedazos y con el ya saber que nadie lo buscaría... Se había rendido, estaba cansado, ya no tenía lágrimas para llorar... Nunca le podría ganar a un alfa...  NUNCA... Esa palabra se lo repetía mil veces su mente hasta que derrepente alguien azotó la puerta de una patada.

–ALÉJATE DE YUURI!! MALDITA ESCORIA!!!–empezó a acercarse lentamente hacia ellos, mientras que el menor sus ojos se iban humedeciendo cada vez más, tenía miedo, si, pero se sentía aliviado al ver a aquel alfa de ojos oscuros y porte viril.

–Otabek, que milagro.– empezó a reír como si su aparición fuera lo más chistoso.– Que te trae por aquí en mi humilde casa.