Capítulo 18.

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—I really really really really really really like you... —no pude contener mi risa al ver como Kyle hacía el intento de cantar la canción tal y como la cantaba la cantante. Era pésimo en esto.

—Por favor te lo pido, cállate si no quieres que llueva —reí fuertemente.

—Vas a ir a una pista de hielo, listilla, no te hace falta el buen tiempo.

Yo le saqué la lengua y el se inclinó para robarme un beso, que no duró más de dos segundos. En seguida se apartó y volvió a conducir como momentos antes.

—Algún dia harás que tengamos un accidente —dijo el con fingida desaprobación.

—¿Yo? Eres tu el que no se puede resistir a mi.

—Aquí los dos sabemos quién es el más irresistible de los dos —dijo él, chasqueando la lengua.

—Ni siquiera estás tan bueno —murmuré, intentando molestarle.

—Claro muñeca, lo que tu digas.

—Por supuesto que es lo que yo diga, si no, duermes en el sofá.

—Duermo en el sofá todos los días igualmente.

—Mentira.

El rió guiñándome un ojo y yo me recosté contra el asiento, sonriendo como una tonta pero intentando ocultarlo, mirando hacia la ventana.

—Sé que estás sonriendo —dijo el, sin dejar de conducir. Llevábamos como media hora en el coche y deseaba llegar ya a la pista de hielo.

Me preguntaba si iba a haber nieve en polvo tirada por ahí y si podría hacer bolas de nieve con ella.

—¿Y eso es algo malo? —cuestioné, levantando una ceja.

—Para nada, todo lo contrario, me encanta verte sonreír.

—Pues no me lo ponías nada fácil cuando te conocí.

—¡Oh, vamos! —gimió él— Me tiraste una piedra al primer momento.

Abrí los ojos sorprendida y reí a carcajadas cuando me acordé de la primera vez en la que le vi. En ese momento no tenía ni idea de quién era y mucho menos me imaginaba que iba a vivir con el, ni que iba a acabar así, con él, dentro de su coche y de camino a nuestra primera cita.

—¡Y tu me cortaste toda mi ropa interior! —me quejé sonriendo—Me tuve que comprar nueva.

—Me gusta más esta nueva, si quieres mi opinión —me dio una sonrisa torcida.

—Oh, calla —reí, un poco sonrojada.

Un edificio en el que ponía “Ice skate” se materializó en frente de nosotros, y de un momento a otro me entró el miedo. Me apostaba lo que fuera a que me caía y me rompía una pierna. La puerta del copiloto se abrió y me di cuenta de que Kyle ya había salido y sujetaba mi puerta para que saliera.

—¿Lista? —dijo tendiéndome la mano.

Yo puse mi mano sobre la suya y bajé del coche.

—Eso creo.

—Vamos entonces.

Kyle cerró la puerta del coche y tiró de mi mano suavemente para que empezara a caminar. Se sentía raro ir por la calle con él cogida de la mano, todo el mundo pensaría que éramos pareja, pero ¿qué somos en realidad?

Alejé esos pensamientos de mi cabeza y entramos en el edificio. El frío de repente chocó contra mi y me abracé a mi misma, frotando mis brazos para entrar un poco en calor. Kyle se dio cuenta y pasó su brazo por mis hombros y me abrazó contra si, de modo que quedé casi con la cabeza en su pecho. Besó mi sien suavemente y frotó mis hombros.

Mi mitad imprevista. [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora